Frase de John Philips

Feliz el hombre que, libre de cuidados y contiendas, guarda en su bolsillo de seda o de cuero, una espléndida peseta.... - John Philips

Feliz el hombre que, libre de cuidados y contiendas, guarda en su bolsillo de seda o de cuero, una espléndida peseta.

John Philips

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Explorar Frases

Somos seres sociables por naturaleza, estamos condenados a agruparnos para conquistar la victoria.

Alex Pimentel

La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios.

Carl von Clausewitz

Tal vez los humanos son los cocodrilos mascota que Dios tiró por el retrete.

Chuck Palahniuk

La arrogancia de los muchos años debe plegarse a ser enseñada por la juventud.

Edmund Burke

Es muy difícil derrotar a un programa de investigación que esté defendido por científicos imaginativos y de talento.

Imre Lakatos

Las mujeres saben muy bien aprovecharse de esta loca pasión, y tratan de dominar a semejantes maridos de mantequilla.

Joaquín Fernández de Lizardi

Las ideas son como los conejos. Usted recibe una pareja y aprender a cuidarla, y muy pronto tiene una docena.

John Steinbeck

El defecto más grave del hombre es la ingratitud.

José Ortega y Gasset

Pero descubrió que la vida de un viajero incluye muchos pesares entre sus satisfacciones. El espíritu se encuentra siempre en tensión; y justo cuando empieza a aclimatarse, se ve obligado a cambiar aquello que le interesa por nuevas cosas que atraen su atención y que también abandonará en favor de otras novedades.

Mary Shelley

Tirá, tirá para arriba! tirá! Si no ves la salida, no importa mi amor, no importa: vos, tirá.

Miguel Mateos

He crecido y he aprendido mucho a lo largo del camino.

Miley Cyrus

Ama a tus vecinos, pero no te deshagas de la cerca.

Proverbio Chino

El derecho de rebelión es sagrado.

Ricardo Flores Magón

Un barco que parecería grande en el río, sería muy pequeño en plena mar.

Séneca

¡Estábamos bien! Unidos: mi madre, mis hermanos, mi padre... me pegaba pero... él mandaba. Era un hombre fuerte, alto, sólido, guerrero. Pero debo decir que años después cuando estaba en Nueva York, habría preferido un bofetón de mi padre a esa soledad.

Waris Dirie