Frase de José Ángel Mañas

La fascinación lírica por las drogas es un expedimento por el que todos hemos pasado, pero a la larga resulta improductivo. Emborra... - José Ángel Mañas

La fascinación lírica por las drogas es un expedimento por el que todos hemos pasado, pero a la larga resulta improductivo. Emborracha, pero no alimenta.

José Ángel Mañas

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Explorar Frases

La futura ciencia del gobierno debería ser llamada cibernética.

André-Marie Ampère

Si hubiera un concurso para hallar el lenguaje ensamblador más incomprensible del mundo, el SPARC sería uno de los favoritos.

Andrew S. Tanenbaum

Una vida entera no es lo bastante larga para explicarnos qué ocurre en nuestro entorno. Larson, Dong; periodista estadounidense.

Anónimo

La memoria es el deseo satisfecho.

Carlos Fuentes

Todo lo que ocurre, ocurre. Todo lo que, al ocurrir, origina otra cosa, hace que ocurra algo más. Todo lo que, al ocurrir, vuelve a originarse, ocurre de nuevo. Aunque todo ello no ocurre necesariamente en orden cronológico.

Douglas Adams

La sinceridad la inventó uno que quería amargarle la vida al prójimo.

Enrique Jardiel Poncela

Siempre tuve el firme propósito de no trabajar. No trabajar significa cultivar la fidelidad a aquello que causa placer y lograr rentabilizarlo.

Fernando Savater

El arte es un combate con las sombras perdido de antemano.

Gonzalo Suarez

Obra de modo que la máxima de tu voluntad pueda ser en todo tiempo principio de una ley general.

Immanuel Kant

Soy el rey de los más fuertes.

Jón Páll Sigmarsson

No me importa lo que digan de mi, yo solo sé lo que soy y lo que no soy.

Miley Cyrus

La estrategia de los descubridores y emprendedores es confiar menos en la planificación de arriba abajo y centrarse al máximo en reconocer las oportunidades cuando se presentan, y juguetear con ellas.

Nassim Taleb

Sólo los grandes maestros del estilo logran ser oscuros.

Oscar Wilde

La cena fue hecha para comer, no para hablar.

William Makepeace Thackeray

Los jóvenes deben esforzarse en aumentar siempre su determinación y su valentía. Esto sólo podrá hacerse cuando la valentía esté enraizada en el corazón. Cuando el sable está roto, hay que atacar con las manos. Cuando las manos están amputadas, hay que servirse de los hombros. Cuando los hombros están cortados, hay que morder el cuello de diez o hasta de quince enemigo. Esto es realmente valentía.

Yamamoto Tsunetomo