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El crepúsculo es un fracaso diario de la Naturaleza.
Enrique Jardiel Poncela
Todos los hombres que no tienen nada importante que decir hablan a gritos.
Un hombre inculto puede lograr éxitos escribiendo para el Teatro; un hombre culto, también, pero a condición de que sepa olvidarse de su cultura.
Historia es, desde luego exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió.
Los muertos, por mal que lo hayan hecho, siempre salen en hombros.
Cuando mejor se finge es cuando lo que se finge se finge de verdad.
Para no fracasar en Arte, hay que tener en cuenta que el púlico es más bruto que uno.
La amistad, como el diluvio universal, es un fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos.
La casualidad es la décima musa.
La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios; pidiéndole todos los días algo.
El amor es como la salsa mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y empezar otro nuevo.
La mujer pierde su virginidad cuando quiere, y el hombre cuando puede.
El caballo cachondo es como un cojo con muleta.
¿Quién dijo que cuesta más vestir a una mujer que desnudarla?
Cuando tiene que decidir el corazón es mejor que decida la cabeza.
En la vida pocos sueños se hacen realidad, pues la mayoría se roncan.
En la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen, la gran mayoría de los sueños se roncan.
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.
La verdad se parece mucho a la falta de imaginación.
Se es más esclavo de los débiles que de los fuertes.
La estupidez es una asociación internacional.
El que no se atreve a ser inteligente, se hace político.
Todo el mundo hace caso a los barómetros, menos el tiempo.
El pudor es un sólido que sólo se disuelve en alcohol o en dinero.
Hay dos maneras de conseguir la felicidad: una, hacerse el idiota; otra, serlo.
Comúnmente se piensa en la muerte como en una exposición de escultura: suponiendo que va a ir a ella todo el mundo menos uno mismo.
Ser honesto es aburrirse gratis.
Los muertos son dóciles, pero muy estirados.
Aquello fue tan triste y tan negro como una visita de pésame en el Níger, y sólo bajo juramento podía creerse que se trataba de la primera audición de una comedia cómica que justamente un año más tarde, había ya recorrido triunfalmente todos los escenarios de España.
La enfermedad que obliga a pasar más horas en la cama es una amante bonita.
En las mujeres que tienen la boca bonita, los dos labios son superiores.
Los hombres sólo se unen con sinceridad socialmente cuando se trata de reventar a un tercero.
El espiritismo se inventó para que los médicos pudieran hablar con su clientela.
Los dentistas, como los toreros, se pasan la vida pinchando en hueso.
Un novio es un hombre feliz que está pronto a dejar de serlo.
Al teatro voy a darle un padre llamado humorismo y una madre llamada poesía, de los cuales sólo puede nacer el humorismo auténtico.
Lo peor de la humanidad son los hombres y las mujeres.
No hay nadie que viva tan preocupado por el dinero como los ricos, si se exceptúa a los pobres.
El médico de cabecera está siempre a los pies de la cama.
La vida está llena de sorpresas y de protozoos del paludismo.