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La señora Michel tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes.
Muriel Barbery
La facultad que tenemos de manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante.
Desde luego, por ese precio hubiera preferido un abono de un año en McDonald's. Ellos al menos tienen un mal gusto sin pretensiones.
¿Qué es curar, en el fondo, sino hacer la paz? ¿Y por qué vivir sino para amar?
Si uno ascendiera en la escala social de manera proporcional a su incompetencia, os puedo asegurar que el mundo no marcharía como marcha.
Aunque jamás le hayan acariciado, todo humano posee una conciencia innata del amor, y aunque todavía no ame a nadie, lo conoce por una memoria que atraviesa los cuerpos y las edades.
Pero si se teme el mañana es porque no se sabe construir el presente, y cuando no se sabe construir el presente, uno se dice a sí mismo que podrá hacerlo mañana y entonces ya está perdido porque el mañana siempre termina por convertirse en hoy, ¿lo entendéis?
¿Saben qué es un sueño? No es una quimera engendrada por nuestro deseo, sino otra vía por la que absorbemos la sustancia del mundo y accedemos a la misma verdad que desvelan las brumas, acallando lo visible y desvelando lo invisible.
La infancia es el sueño en el que se comprende lo que todavía no se sabe.
Sin tierra, el alma está vacía, pero sin relatos, la tierra está muda.
Para eso sirve el futuro: para construir el presente con verdaderos proyectos de seres vivos.
La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera.
Las guerras tienen lugar en campos de batalla, pero se deciden en aposentos de gobernadores, que son hombres expertos en el manejo de ficciones.