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Temo a Dios, y después de Dios temo principalmente al que no le teme.
Muslih-Ud-Din Saadi
Dos clases de hombres se esfuerzan en vano: quien amontona dinero sin gastarlo, y quien adquiere saber sin aplicarlo.
Quien no ama a nadie ignora la alegría de vivir.
El exceso de severidad produce odio, como el exceso de indulgencia debilita la autoridad.
Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede incendiar el bosque.
Si discutes mucho para probar tu sabiduría, pronto probarás tu ignorancia.
El hombre, por lo común, sólo sabe reconocer su felicidad en la medida de la desgracia que ha experimentado.
Se recibe a los hombres según el vestido que llevan, pero se les sale a despedir según el talento que han demostrado.
Teme a quien te teme, aunque él sea una mosca y tú un elefante.
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