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Nunca se sufre tanto por amor como cuando volvemos a ver el objeto amado, o mejor cuando este está ausente.
Napoleón Bonaparte
No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla.
A los franceses no les gusta alejarse mucho y permanecer mucho tiempo separados de ella.
Interpretar la ley es corromperla, los abogados las matan.
La educación de una persona comienza dieciocho años antes de su nacimiento.
El ejemplo de Estados Unidos es absurdo; si los Estados Unidos estuvieran en el centro de Europa, no resistirían más de dos años a la presión de las monarquías.
Sin justicia, sólo hay divisiones, víctimas y opresores.
No se debe juzgar a los hombres por su fisonomía, sobre todo, sin ponerlos a prueba.
Usualmente me encuentro con la siguiente situación: con sabios que aún buscan la sabiduría y el saber y con estúpidos que creen haberla encontrado.
Sólo se puede gobernar un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un jefe es un vendedor de esperanzas.
En política, un absurdo no siempre es un obstáculo.
La policía a veces inventa más de lo que descubre.
Los hombre generalmente no pasan de criaturas adolescentes.
Las personas que debemos temer no son las que no están de acuerdo con nosotros. Debemos temer las que no están de acuerdo y son demasiado cobardes para darlo a entender.
Hay calumnias frente a las cuales la inocencia misma se siente desfallecer.
La Asamblea Constituyente cometió una gran tontería al abolir la nobleza, lo que humilla a todo el mundo. Yo he hecho algo mejor: he convertido en nobles a todos los franceses, todos pueden sentirse orgullosos.
Cuando no se teme a la muerte, se la hace penetrar en las filas enemigas.
La muerte es un ensueño sin ensueños.
Obligar a los ricos a pagar impuestos es una necesidad de guerra, pero obligar también a los pobres es una infamia.
¿Queréis contar a vuestros amigos? Caed en el infortunio.
En la guerra, como en política, cualquier mal, aunque no infrinja las normas, sólo es excusable cuando es absolutamente necesario: todo lo que está más allá es crimen.
El mayor orador del mundo es el triunfo.
Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.
Se puede aplastar una nación religiosa, pero no dividirla.
Me encanta el poder. Pero lo amo como a un artista. Me encanta como el músico ama a su violín, para extraer de él sus sonidos, acordes y armonías.
Un hombre de estado debe tener el corazón en la cabeza.
Francia sólo admira lo imposible.
Tengo corazón, mas corazón de soberano; no me apiado de las lágrimas de una duquesa, pero me afectan los males de los pueblos.
La diplomacia es la política en traje de etiqueta.
El mérito de Mahoma es haber fundado una religión prescindiendo del infierno.
Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo.
Las mujeres no son otra cosa que máquinas de producir hijos.
Los conquistadores deben ser tolerantes y proteger todas las religiones.
La pobreza ya no será sediciosa cuando la riqueza no sea opresiva.
La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo.
El gobierno debe organizar la educación de modo que pueda controlar las opiniones políticas y morales.
Un gobierno nuevo tiene que deslumbrar y sorprender; cuando deja de brillar, cae.
El que sólo practica la virtud para conquistar una gran reputación está muy cerca de caer en el vicio.
En el culto todo debe ser gratuito para el pueblo, no se debe privar a los pobres de aquello que los consuela en su pobreza sólo por ser pobres.
La opinión pública es un poder al que nada resiste.