Frase de Abdu'l-Bahá

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Sólo si uno acepta las peores vicisitudes, no sólo con resignación, sino con aquiescencia radiante, puede obtener la libertad.... - Abdu'l-Bahá

Sólo si uno acepta las peores vicisitudes, no sólo con resignación, sino con aquiescencia radiante, puede obtener la libertad.

Abdu'l-Bahá

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Al alcance de mis labios pones la copa de hiel, y con dulzura divina me convidas a beber. Sí, Bien mío, sin quejarme por tu amor la beberé, aunque con llanto en los ojos, y aunque la beba sin sed.

Aurelio Espinosa Pólit

Ha sido una larga espera, pero esta noche, este día, en esta elección, el cambio ha llegado a América.

Barack Obama

Ladrad, perros, que yo frenaré vuestras lenguas con bozal más apretado que de bruñido acero, hasta los conductos de vuestras odiosas gargantas.

Christopher Marlowe

No es lo que el orador dice, sino quién es, lo que da peso a la elocuencia.

Eurípides

Todo el mundo puede ser útil para la sociedad, incluso las chonis lo son. Si no fuera por sus embarazos no deseados todos los neonatos españoles provendrian de madre extranjera. Ferayear sobre la utilidad universal de las personas.

Ferayear

Para hacer mal cualquiera es poderoso.

Fray Luis de León

Un político en un hombre que sabe cómo gobernar y toma a políticos para dirigir un gobierno. Un estadista es un político que ha muerto 10 o 15 años.

Harry S. Truman

Si la razón práctica no puede admitir ni pensar como dado nada más que lo que la razón especulativa por sí y por su conocimiento pueda proporcionarle, entonces tendrá esta el primado.

Immanuel Kant

¡Bienaventurados nuestros imitadores, porque de ellos serán todos nuestros defectos!

Jacinto Benavente

Un poco de disimulo es el único vínculo sólido entre los hombres.

Karel Capek

Vida perdida por la mujer y la bebida.

Kase.O

Una santa puede caer en el barro y una prostituta puede subir a la luz.

León Bloy

Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces.

Mark Twain

Un riguroso pedagogo es algo más terrible que un terrible demagogo.

Ramón Gómez de la Serna

Con tu vecino no hables ni de tu mujer ni de la suya.

Ramon Llull