Frase de Anatole France

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Nosotros los hombres somos quienes nos esforzamos en poner en el amor un valor infinito. La culpa no es ciertamente de las mujeres.... - Anatole France

Nosotros los hombres somos quienes nos esforzamos en poner en el amor un valor infinito. La culpa no es ciertamente de las mujeres.

Anatole France

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Explorar Frases

Sin persianas ni visillos, la realidad resultaría insoportable.

Andrés Rábago García

Hasta la luz y el sonido tienen límite de velocidad.

Chuck Palahniuk

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño.

Edgar Allan Poe

El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quereme, como al descuido, en el café o en la sopa o el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir...

Eduardo Galeano

No creo que el presidente Bush este haciendo algo sobre el sida. De hecho, no estoy segura de que sepa deletrear sida.

Elizabeth Taylor

Todo lo que diga está de más... las luces siempre encienden en el alma.

Fito Páez

Estamos llenos de pumas de Bengala! De gatos feroces! De yacarés mesopotámicos!

Jacobo Winograd

Una idea puede llegar a la mente pero no haber alcanzado todavía los labios.

Lawrence Durrell

Allá, allá lejos; donde habite el olvido.

Luis Cernuda

Yo sólo quería ser un excelente sacerdote normal.

Martin Scorsese

Un entendimiento todo lógica es como un cuchillo de hoja sola, que hiera la mano de su dueño.

Rabindranath Tagore

El espíritu de autoayuda es la raíz de todo crecimiento auténtico en el individuo, y, expuesto en la vida de muchos, constituye la verdadera fuente de energía y fuerza.

Samuel Smiles

¡Escúchame! Te he querido de la forma que ellos dijeron que te quería. Siempre ha habido algo anormal en mí, hasta donde me alcanza la memoria, pero nunca supe lo que era hasta que ocurrió todo esto.

Shirley MacLaine

A pesar del primitivismo físico y mental imperantes a la fuerza, en la vida del campo de concentración aún era posible desarrollar una profunda vida espiritual.

Viktor Frankl

Cuando yo doy, me doy a mí mismo.

Walt Whitman