Frase de Antonio Gala

Un niño, escapado por la acera de la mano de su madre, pegó sus naricillas y sus dedos sucios al cristal. Minaya lo miró como si fuese... - Antonio Gala

Un niño, escapado por la acera de la mano de su madre, pegó sus naricillas y sus dedos sucios al cristal. Minaya lo miró como si fuese lo más importante del mundo.

Antonio Gala

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