Frase de Bartolomé Mitre

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Mi caballo era ligero como la luz del lucero que corre al amanecer; cuando al galope partía al instante se veía en los espacios perd... - Bartolomé Mitre

Mi caballo era ligero como la luz del lucero que corre al amanecer; cuando al galope partía al instante se veía en los espacios perder.

Bartolomé Mitre

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Los vecinos que uno nunca ve de cerca, son los vecinos ideales y perfectos.

Aldous Huxley

Virtud difícil y difícil prueba Es guardar el secretopeligroso.

Alonso de Ercilla

Mi trabajo debería ser juzgado según como entra en los oidos y cabezas de los auditores, y no como describen los ojos de los lectores.

Arnold Schönberg

Cuanto más trabajo, más suerte tengo.

E. L. James

Este planeta puede ser un paraíso en el siglo XXII.

Edward Osborne Wilson

Cuando los nuevos pensamientos echaron fuera todos esos horribles temores, la vida renació en él. La sangre corrió por sus venas y le inundó una enorme fuerza. Su pensamiento científico no tenía nada de extraño. Era una fórmula simple y práctica de desechar a tiempo los pensamientos sin esperanzas, para dar cabida a una enorme determinación y valentía.

Frances Hodgson Burnett

Hoy doce naciones de Europa se debaten bajo el terrible yugo comunista.

Francisco Franco

No teman a los infieles. Liberen Trípoli.

Muamar el Gadafi

Cuando las potencias humanas salen del estado orgánico, quedan inevitablemente sujetas al estado mecánico.

Nikolái Berdiáyev

Cada mujer es como un instrumento, y espera que la entiendan, la amen y la toquen con delicadeza, para por fin hacer sonar su verdadera música.

Patrick Rothfuss

Democracia con la que se vota, pero también democracia con la que se come, con que se educa y con la que se cura.

Raúl Alfonsín

Ella era una flor del mar, yo un delfín tras un velero, de esta noche no paso, se ha hundido otro petrolero.

Roberto Iniesta

Así es el hombre, ese gran y verdadero anfibio cuya naturaleza puede vivir en mundos heterogéneos y separados.

Thomas Browne

Juro por la burra de Balaam que, si sigue callando, haré que se arrepienta de su obstinación. Y diciendo estas palabras, el Califa no pudo evitar lanzar sobre el desconocido una de sus peligrosas miradas; éste ni se inmutó: el ojo asesino no le produjo el menor efecto.

William Beckford

En general, el divorcio sólo tiene lugar cuando no lo quiere uno de los cónyuges.

Yukio Mishima