Frase de Bernard Le Bovier de Fontenelle

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La mayor parte de las mujeres prefiere que se hable mal de su virtud antes que de su encanto y belleza.... - Bernard Le Bovier de Fontenelle

La mayor parte de las mujeres prefiere que se hable mal de su virtud antes que de su encanto y belleza.

Bernard Le Bovier de Fontenelle

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España es una gran Nación que, en una convivencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica.

Benedicto XVI

La audacia puede ser magia.

Doménico Cieri Estrada

Un poema no es más que la felicidad, que una conversación en la penumbra, que todo cuanto se ha ido, y ya es silencio.

Eliseo Diego

Ni la moral ni la crítica pueden pedir al arte lo que no debe el arte dar.

Eugenio María de Hostos

No son nuestros libros lo que sobreviven, sino nuestras pobres vidas, las que subsisten en las historias que narramos en ellos.

François Mauriac

El libro es una voz viviente. Es una inteligencia que nos habla y que escuchamos.

Iósif Stalin

Querer prescindir de lo necesario o emplear lo inútil: he ahí dos fuentes de males en la composición literaria.

Joseph Joubert

La enfermedad puede ser un obstáculo para el cuerpo, pero no para la voluntad y la capacidad de emitir buenos pensamientos.

Norman Vincent Peale

Nadie pierde a nadie. Todos somos una única alma que precisa desarrollarse para que el mundo siga adelante y volvamos a encontrarnos.

Paulo Coelho

Allá van leyes do quieren reyes.

Proverbio

Nuestra vida es el resultado de muchas decisiones y acciones que se hemos tomado antes pero también ¡de las que no hemos tomado nunca!

Raimon Samsó

El éxito, como la felicidad, no debe perseguirse, sino seguirse.

Robin S. Sharma

Si no expresas tus ideas originales, si no escuchas a tu propio ser, te habrás traicionado a ti mismo.

Rollo May

El hombre espiritual no debe inscribirse en ningún partido; su reino es el de la justicia, que en todas partes está sobre toda discusión.

Stefan Zweig

Descubrí que el parentesco no es una garantía de amor y que me faltaban razones para defender a Harald.

Stieg Larsson