Frase de Carlos Fuentes

La palidez de mi amigo no era insólita. Con los años, la piel de su rostro se unió al hueso y cuando movía las manos delgadas la luz... - Carlos Fuentes

La palidez de mi amigo no era insólita. Con los años, la piel de su rostro se unió al hueso y cuando movía las manos delgadas la luz las atravesaba sin pena.

Carlos Fuentes

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