Frase de Doris Lessing

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La literatura se debe concentrar en glorificar la civilización, la justicia y a aquellos que se oponen a la destrucción.... - Doris Lessing

La literatura se debe concentrar en glorificar la civilización, la justicia y a aquellos que se oponen a la destrucción.

Doris Lessing

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Explorar Frases

Soy un vampiro de emociones primarias.

Albert Espinosa

El comienzo de la filosofía es el reconocimiento de la pugna entre las opciones.

Epicteto

Los insultos a Mourinho, nazi, Hitler, afectan a su dignidad, y concretamente a su familia.

Florentino Pérez

Es preciso perdonar mucho, pero no olvidar nada.

François Guizot

Ella en mi corazón metió la mano, y de allí me llevó mi dulce prenda: que aquel era su nido y su morada.

Garcilaso de la Vega

Señora Stockmann: ¿Y de que te sirve la razón si no tienes poder?

Henrik Ibsen

La luz tranquila que caía como una caricia sobre cuanto iluminaba, parecía hacer visible a los ojos del espíritu el silencio y la soledad de aquella estancia.

Jacinto Octavio Picón

En la frente de aquellos que se hallan rodeados de un lujo insensato, puede leerse que la fortuna vende lo que creemos que otorga libremente.

Jean de La Fontaine

Los padres estamos programados para desear lo mejor para los hijos, al margen de lo que recibamos a cambio. En eso consiste teóricamente el amor, ¿no?

Jonathan Franzen

El sordo siempre cree que los que bailan están locos.

Jorge Bucay

Los hombres no siempre aman lo que quieren; las mujeres no siempre quieren lo que aman.

Joseph Sanial-Dubay

Los grandes políticos deben su reputación, cuando no a la pura casualidad, a circunstancias que ellos mismos no podían prever.

Otto von Bismarck

¿Por qué es tan cruel el amor? que no me deja olvidar, que me prohibe pensar, que me ata y desata y luego de a poco me mata.

Ricardo Arjona

Una de las razones por las cuales las organizaciones se estancan es que se aferran a sus mejores jugadores durante tanto tiempo que acaban perdiendo al resto del banquillo.

Seth Godin

Me compré un perro el otro día. Le puse de nombre quédate. Llamarle es muy divertido. Le digooo... Ven aquí, Quédate Ven aquí, Quédate... se volvió loco. Ahora me ignora y sigue tecleando.

Steven Wright