Frase de Edvard Munch

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La cámara fotográfica no podrá competir con el pincel y la paleta mientras no pueda utilizarse en el cielo y en el infierno.... - Edvard Munch

La cámara fotográfica no podrá competir con el pincel y la paleta mientras no pueda utilizarse en el cielo y en el infierno.

Edvard Munch

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Explorar Frases

La vida es demasiado corta para que la hagamos mezquina.

Benjamin Disraeli

Inmerso en mi silencio eres el cielo que sostiene un arroyo, que levanta un árbol. En que un lucero corta su voz de eternidad.

Carmen Conde

Creo que mejor me dedicaré a estudiar el otro misterio mas grande de la humanidad: la mujer.

Chris Lloyd

El doblaje de algún modo es un arte de imitación.

Constantino Romero

Mis críticas son ligeras y sin hiel, porque no la hay en mi corazón, y la detesto en literatura.

Fernán Caballero

Hay malvados que serían menos peligrosos si no tuviesen ninguna bondad.

François de La Rochefoucauld

Los que luchan buscando el bien ya lo han encontrado.

José Narosky

Mi vida empieza como un dialecto del universo que se ofrece a mi poesía como verdadero espacio y reino poético. La luz fue siempre para mí como el alimento del hambriento, de manera que, sin menospreciar la inspiración, que prevalece por encima de todo, sí que ha habido momentos en los que he identificado vida y literatura.

Ko Un

La medicina ha prolongado nuestra vida, pero no nos ha falicitado una buena razón para seguir viviendo.

Miguel Delibes

Uno inventa la verdad exactamente como inventa la mentira.

Odysséas Elýtis

¿Cómo será eso de tener un conflicto con uno mismo?

Oscar Bonavena

La muerte menos temida da más vida.

Pedro de Valdivia

Todo placer esperado es mayor que el obtenido.

Pietro Metastasio

El hecho de que algunos nunca hayan soñado es tan improbable como el que algunos nunca hayan reído.

Thomas Browne

Tales etapas en el curso del año, como la fiesta de Navidad, se les aparecían como puntos de descanso, como una especie de columpios gracias a los cuales se podía uno balancear y dar vueltas sobre los intervalos vacíos.

Thomas Mann