Frase de Enrique Cadícamo

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Bailar tango es un deporte, el cabaré, un reñidero donde por copiarse un corte un macho se juega entero...... - Enrique Cadícamo

Bailar tango es un deporte, el cabaré, un reñidero donde por copiarse un corte un macho se juega entero...

Enrique Cadícamo

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Explorar Frases

La independencia de la mujer es la esclavitud del marido.

Alfred Capus

Si soy el hijo de Dios, quien puede verlo, contempla al hombre en Dios, y a Dios en el hombre.

Angelus Silesius

Hay en la intimidad un límite sagrado que trasponer no puede aun la pasión más loca siquiera si el amor el corazón desgarra y en medio del silencio se funden nuestras bocas.

Anna Ajmátova

Rechazo a todo el mundo, no es algo personal. Es más sencillo.

Anna Kendrick

Lo absurdo, bien presentado y lanzado audazmente, tiene a veces un extraño poder.

Anónimo

Sed siempre sinceros con Jesús y con todos, no sigáis el ejemplo de Judas, cuya culpa más grande fue la falsedad, que es la marca del diablo. Canal oficial del Vaticano en YouTube.

Benedicto XVI

El corazón tiene sus razones que la razón desconoce.

George Sand

Los grandes imperios son necesariamente prosaicos, porque está más allá de la potencia humana representar un gran poema a escala tan grande.

Gilbert Keith Chesterton

En este mundo se puede perdonar todo, menos que se perdonen ciertas cosas.

Jaume Perich

La suerte es el azar aprovechado.

Joaquín Lorente

Al considerar el pasado siempre se tiene la impresión -probablemente falsa- de un cierto determinismo.

Michel Houellebecq

Yo recuerdo ese día como vivido dentro de otra piel, desdoblado.

Miguel Delibes

El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos.

Miguel Hernández

Que tú estas aquí, que existe la vida y la identidad, que prosigue el poderoso drama y tú puedes contribuir con un verso.

Robin Williams

Es un político de la peor calaña, egoísta, demasiado egocéntrico para darse cuenta de que la realidad lo sobrepasa, y un cobarde que se esconde bajo ese falso candor del que le gusta hacer gala.

Stephen King