Frase de Enrique Serna

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La cortesía puede ser más pesada que la insolencia cuando el representante de una empresa no se permite siquiera un pequeño gesto de e... - Enrique Serna

La cortesía puede ser más pesada que la insolencia cuando el representante de una empresa no se permite siquiera un pequeño gesto de espontaneidad.

Enrique Serna

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Explorar Frases

La modestia es el arte de animar a la gente a que se encuentren por si mismos cuan maravilloso es uno.

Anónimo

Los hombres sabios aprenden mucho de sus enemigos.

Aristófanes

Parecía que tus palabras me arrastraban, era todo tan nuestro de verdad, tan bello de verdad, tan sencillo.

Carlos Sahagún

La conciencia es actividad de trascendencia.

Frantz Fanon

La causa de que todas las cosas nazcan es el incesante torbellino al que llamo necesidad: todo ocurre conforme a la necesidad. De este modo, la creación es constantemente creada y recreada.

Gore Vidal

Créeme, no es propio de sabios el decir: "viviré"; la vida de mañana es demasiado tardía: ¡vive hoy!

Marcial

A nadie le acontece cosa alguna que no sea, por naturaleza, capaz de recordar.

Marco Aurelio

Los que tienen poco negocio que atender son buenos charlatanes, los intelectuales y los ocupados hablan menos.

Montesquieu

Y sé que no querrás volver a confiar en mi... Ya nadie confía en la energía nuclear después de lo de Chernobyl de Nuevos planes, idénticas estrategias. Desaparezca aquí.

Nacho Vegas

El miedo es contagioso. Y a veces basta con que alguien diga que tiene miedo para que éste se vuelva real.

Neil Richard Gaiman

Aleph, el punto en el que todo está en el mismo lugar al mismo tiempo.

Paulo Coelho

LLevamos adornos para demostrar lo ricos que somos, aunque muchas veces tengamos más adornos que dinero.

Paulo Coelho

Si me dicen que escoja entre la Liga y el Pichichi, yo quiero la Liga y el Pichichi, eso es lo único que firmo. Aunque lo principal es la Liga.

Samuel Eto'o

Los pobres votan en mucha menor proporción que los demás sectores sociales, así que penalizarlos entraña pocos riesgos.

Tony Judt

Todos eran débiles, tanto justos como pecadores. La única diferencia era que un hombre miserable, cuando realizaba una buena acción, se vanagloriaba de ella toda su vida, mientras que un hombre justo no reparaba en sus buenas acciones, pero recordaba durante años un pecado conocido.

Vasili Grossman