Frase de Erich Fromm

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Detrás de una fachada de satisfacción y optimismo, el hombre moderno es profundamente infeliz; en verdad está al borde de la desesperaci... - Erich Fromm

Detrás de una fachada de satisfacción y optimismo, el hombre moderno es profundamente infeliz; en verdad está al borde de la desesperación.

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No te amo, amo mis celos, esos celos son lo único tuyo que me queda. Cuando desaparezca en esos cielos de odio te ladraré porque no vienes.

Armando Uribe Arce

El diálogo es un juego que tienen los comunistas. A mí no me interesa.

Augusto Pinochet

La patria es la madre común a todos.

Resignarse es una cobardía, es el sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es, de alguna manera, una indignidad.

El pasado es una especie de lámpara puesta a la entrada del porvenir para disipar una parte de las tinieblas que lo envuelven.

Félicité Robert de Lamennais

Alonso es el mejor; Vettel es como un niño pequeño, siempre grita.

Fernando Alonso

El miserable temor de ser sentimental es el más vil de todos los temores modernos; más vil aún que el terror que ha dado origen a la higiene.

Gilbert Keith Chesterton

El sentimentalismo de los ingleses es humorístico y tierno, el de los franceses, popular y llorón, el de los alemanes, ingenuo y realista.

Nunca estés sin una mujer, porque estar sin mujeres, es como estar en prisión, por eso alguien inventó a las prostitutas, para que aquel que no pueda mantener una, al menos pueda alquilarla para tener agradable compañía, así que ya sabes hermano, nunca estés sin mujeres, que eso no es saludable en la vida de un hombre.

Stanely Kubrick estaba loco por mí. Escribió dos guiones para mí.

Esto es el amor. Es nuestro único tesoro. Con él nada puede faltarnos. Es la alegría de estar juntos, la tristeza de separarnos, es una vida dentro de otra vida que es más que la misma vida.

Causa extrañeza que, en la ciencia del derecho, se violen los derechos de la razón.

Así es como termina el mundo, no con una explosión, sino con un lamento.

Dios mata indiscriminadamente, y nosotros también. Porque ninguna criatura de Dios es como nosotros, ninguna se parece tanto a El como nosotros.

La oportunidad de hacer mal se presenta cien veces cada día, y la de hacer bien sólo una vez en un año.

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