Frase de Francisco de Quevedo

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Mala cosa cuando en el ánimo se representa la temeridad con rostro de valentía, y la cordura con rostro de cobardía.... - Francisco de Quevedo

Mala cosa cuando en el ánimo se representa la temeridad con rostro de valentía, y la cordura con rostro de cobardía.

Francisco de Quevedo

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La misma debilidad de Dios procede de su omnipotencia.

Agustín de Hipona

El carácter es una voluntad fuerte, dirigida por una conciencia tierna.

Aldous Huxley

La página abierta del libro de la vida es hermosa; pero es aún más bella la página cerrada con siete sellos.

Alfredo Panzini

Todo placer languidece cuando no se disfruta en compañía.

David Hume

La historia, un tejido de pasiones: sin las emociones humanas resulta letra muerta.

Diana Uribe

Gran parte de la salud es desearla.

Fernando de Rojas

En política hay que hablar de Democracia... Pero la palabra del jefe, es mayoría.

Filósofo de Güémez

Nada hace sospechar tanto a un hombre como el saber poco.

Francis Bacon

Feliz el servidor capaz de soportar con paciencia las correcciones, las acusaciones y las reprensiones que le vienen de otro como si se las hiciera él mismo.

Francisco de Asís

La envidia hace sufrir al envidioso más que a los censurados la censura.

Ignacio Manuel Altamirano

No vale la pena sufrir de antemano por las desgracias que posiblemente no ocurrirán.

Isabel Allende

Ya que no podemos cambiar de país, cambiemos de tema.

James Joyce

El Génesis es sólo un banal plagio de los poemas asiriobabilónicos anteriores, relativos a las leyendas de la creación del mundo. El pueblo judíodeportado masivamente a Babilonia asimiló estas tradiciones y se las apropió, presentándolas como una revelación recibida por Moisés.

Juan Eslava Galán

Erik era una de esas personas ineptas a las que asusta tanto la vida que prefieren vivir subyugados por una autoridad de hierro y que un gobierno que no admite discusión les diga qué tienen que hacer y pensar. Eran idiotas y peligrosos, pero había muchos como él.

Ken Follett

Los colonos se empeñaban en construir la obra maestra del hombre civilizado: el desierto.

Luis Sepúlveda