Frase de Georg Christoph Lichtenberg

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Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos p... - Georg Christoph Lichtenberg

Los grandes hombres también yerran, y algunos con tanta frecuencia que casi se caería en la tentación de considerarlos pequeños.

Georg Christoph Lichtenberg

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Explorar Frases

Soy un actor un poco serio que no le importa ser ridículamente cómico.

Alan Rickman

Justo cuando uno descubre que sus padres tenían razón, sus hijos empiezan a decirle que uno está equivocado.

Aldo Camarota

Domina el arte de no asimilar aquello que rechaza. A todos nos gustaría ser capaces de un prodigio semejante.

Amélie Nothomb

El amor es el eje y el aliento de mi vida. El arte me produce un subproducto, una excrecencia del amor, la melodía, la alegría, la abundancia, sólo eso.

Anaïs Nin

El sexo es un gran signo de interrogación. Es algo de lo que la gente hablará siempre.

Catherine Deneuve

El éxito consiste en vencer el temor al fracaso.

Charles Augustin Sainte-Beuve

Es el hombre el que hace grande a la verdad, y no la verdad la que hace grande al hombre.

Confucio

Jamás dije que fuéramos más grandes o mejores, o comparados siquiera con Jesucristo como persona, o Dios como cosa, o lo que sea; yo sólo dije lo que dije y estuvo mal, o fue tomado a mal.

John Lennon

Todos los oradores que han hablado antes que yo, han dicho: El fascismo no pasará. Y yo os digo que esta frase sólo tiene sentido cuando se toman todas las medidas necesarias para luchar contra el fascismo.

José Díaz Ramos

Este país había llegado al extremo de ver comprometido el honor nacional.

Leandro Alem

Era el tal un sevillano neto, de ésos para los que no hay nada en el mundo como su Sevilla.

Manuel Chaves Nogales

¿Sabes? Creo que he aparcado en prohibido.

Michael Madsen

Un intelectual es alguien que piensa que las ideas son más importantes que las personas.

Paul Johnson

Otras manos lo han intentado, sólo las tuyas me han encontrado. Ya no puedo esconder el querer sentirte al amanecer.

Soraya Lamilla

Maldito el pecado, no el pecador.

Talmud