Frase de Gustavo Adolfo Bécquer

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Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan.... - Gustavo Adolfo Bécquer

Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan.

Gustavo Adolfo Bécquer

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Una fórmula para alcanzar la celebridad puede ser ésta: expresar ideas sencillas con claridad, ingenio y cortesía.

André Maurois

Tengo que seguir mis pensamientos y los míos por el oro. Tengo que sacarlo.

Bill Cosby

El tiempo y yo contra quien sea.

Cardenal Richelieu

Tres cosas distinguen al hombre superior: siendo virtuoso, está libre de ansiedad; siendo sabio, está libre de perplejidad; siendo valiente, está libre de temor.

Confucio

La base fundamental del método anarquista es la libertad, y por lo tanto, luchamos y lucharemos contra todo lo que viole la libertad, cualquiera sea el régimen dominante: monarquía, república u otros.

Errico Malatesta

Las desgracias son la salsa de este plato atroz que es la vida.

Ferdinando Galiani

Está enteramente de acuerdo con el espíritu del totalitarismo la condenación de toda actividad humana realizada por puro placer y sin ulterior propósito. La ciencia por el placer de la ciencia, el gusto del arte por el arte, son igualmente aborrecibles para los nazis, nuestros intelectuales socialistas y los comunistas.

Friedrich Hayek

Dos tragedias hay en la vida: una es no conseguir lo que el corazón desea, la otra es conseguirlo.

George Bernard Shaw

Hoy no tengo tiempo para almorzar. Tráigame directamente la cuenta.

Groucho Marx

Habrá momentos en los que la gente te dirán que tú no puedes hacerlo, pero tú solo debes voltearte y decir, mírame.

Justin Bieber

La vanidad saquea la dignidad.

Luis Alberto Costales

Me ruboriza decirlo, pero soy el poeta más famoso en el mundo árabe, tengo nuevos lectores, muchos son muy jóvenes, y compran mis libros. Todavía pertenezco al futuro, que está en las nuevas generaciones.

Mahmud Darwish

Lo extraordinario del virus del tifus, como del resto de los virus, es su increíble insignificancia; los ojos no pueden verlo, pero él puede detener el curso de la vida, decidir el destino del hombre, y hacer pedazos, si lo desea, una familia.

Naguib Mahfuz

Si alguna vez fui valiente fue porque me dio miedo ser cobarde.

Riki López

Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones.

Sócrates