Frase de Harlan Ellison

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Y fue devuelto a las arenas del desierto, sin ningún recuerdo de haber dormido, amado y disfrutado del cuerpo de su madre natural.... - Harlan Ellison

Y fue devuelto a las arenas del desierto, sin ningún recuerdo de haber dormido, amado y disfrutado del cuerpo de su madre natural.

Harlan Ellison

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Si tanto me alaban, será por alabarse a sí mismos, pues al alabarme dan a entender que me comprenden.

Aristóteles

El trabajo consiste en formularse preguntas, tantas como se puedan, y hacer frente a la falta de respuestas precisas con una cierta humildad.

Arthur Miller

Señal es de hombre superior el no aceptar una ociosidad perniciosa.

Confucio

Durante la guerra, dice Jenofonte, los lacedemonios elevaban siempre sus plegarias a la mañana muy temprano, para anticiparse a sus enemigos y comprometer así a los dioses en favor suyo, por ser los primeros solicitantes.

David Hume

Fuera de ti ha de sobrarme el mundo como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite.

Dulce María Loynaz

El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien.

Francisco de Quevedo

Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un mounstruoso insecto.

Franz Kafka

Lentas, digo, graves y sopesadas deben ser las resoluciones; maduro, secreto y cauto debe ser el consejo, pero la ejecución debe ser alada, veloz y rápida.

Giordano Bruno

En cuanto a la virtud, la fealdad es ya la mitad del camino.

Heinrich Heine

La España de hoy mira a la España de la II República con enorme reconocimiento y, sobre todo, con satisfacción y orgullo por lo que hemos sabido hacer entre todos en esta etapa constitucionalista.

José Luis Rodríguez Zapatero

El que siembra vientos, cosecha tempestades.

Kalimán

Quiero más forjar mi alma, que amueblarla.

Michel de Montaigne

La poesía es tan útil como el pan, la sal y el agua.

Nazim Hikmet

Ese débil método de educación al que solemos llamar indulgencia, destruye toda la fuerza del alma y del cuerpo.

Quintiliano

Una cortesana llena de melindres es tan repugnante como un ladrón económico.

Vicente Huidobro