Frase de J. R. R. Tolkien

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Me he dado cuenta de que a menudo, los corazones de los hombres no son tan malos como sus actos, y casi nunca como la maldad de sus... - J. R. R. Tolkien

Me he dado cuenta de que a menudo, los corazones de los hombres no son tan malos como sus actos, y casi nunca como la maldad de sus palabras.

J. R. R. Tolkien

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Las verdades más excelsas y puras se alcanzan no ya con la reflexión y la inteligencia, sino más bien con el sentimiento.

Anatole France

Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos.

Carlos Fuentes

Me gusta la fiesta cuando no obliga a los amigos, a la mañana siguiente, a mirarse avergonzados.

Ernest Thomas Sinton Walton

Que siempre la privación fue causa del apetito.

Eusebio Blasco

Pero la plenitud democrática no va a ser alcanzada más que en una sociedad socialista.

Felipe González

No hay que olvidar que aquello que tenemos también nos posee a nosotros.

Fernando Savater

Amar amar y siempre amar haber amado haber de amar.

Gerardo Diego

No soy creyente. En España, todos los 22 jugadores se santiguan antes de salir al campo. Si resultara, siempre sería empate.

Johan Cruyff

La memoria es selectiva y tiende a borrar las partes duras, va armando un recuerdo basado sólo en lo más dulce... Pero hay que tratar de ser honesto.

José Saramago

No quiero ser como ninguna persona nunca más. Quiero ser la número uno. Una depredadora alfa, como nunca antes se había visto.

Kristen Wiig

A una actriz no se la investiga... se la inventa.

María Félix

Uno puede estar tan loco como para mirarse en el espejo y amarse de una vez por todas.

Miguel Mateos

La primera vez que nos besamos sentí que no quería volver a besar otros labios que no fueran los suyos.

Natasha Wightman

El general pertenecía a esa clase de personas que, aunque hacían de él lo que querían (por supuesto sin que él lo advirtiera), si se le metía una idea en la cabeza, en ella se quedaba como un clavo, sin que existiera ninguna posibilidad de sacársela.

Nikolái Vasílievich Gógol

Yo sigo vivo y no me voy a morir nunca.

Sandro de América