Frase de John Dryden

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Los defectos, como las pajas, sobrenadan en la superficie; el que quiere encontrar perlas, debe sumergirse.... - John Dryden

Los defectos, como las pajas, sobrenadan en la superficie; el que quiere encontrar perlas, debe sumergirse.

John Dryden

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Si andas enredado en pleitos, no es posible que tengas un corazón sosegado ni tranquilidad de ánimo; tus pensamientos serán tu verdugo interior.

Agustín de Hipona

Finalmente, medio año más tarde, España consiguió librarse de la plaga de muertos vivientes, y Alberto y Marisa iniciaron una nueva vida en común.

Alberto Bellido García

No cabe duda: de niño.

Alfonso Reyes Ochoa

Con los años, me van a estar pidiendo que vuelva el gobierno militar.

Augusto Pinochet

Un cansancio ansioso de alcanzar de un salto, de un salto mortal, la meta ultima, un pobre cansancio ignorante que ya no quería ni siquiera querer.

Friedrich Nietzsche

Pues hasta la curiosidad y el espanto terminan por cansarse.

Friedrich Nietzsche

Cuando todo parezca estar en tu contra, recuerda que los aviones despegan con el aire en contra, no a favor.

Henry Ford

En esta sociedad, Marcus, los hombres a los que más admiramos son los que ponen en pierascacielos, puentes e imperios. Pero en realidad, los más nobles y admirables son aquéllos capaces de poner en pie el amor. Porque es la mayor y la más difícil de las empresas.

Joël Dicker

En este momento, ¡yo le podía comer hasta 3 piezas diferentes!. Alo que Tahl contestó sonriente: Cierto, ¡pero sólo podía comerme una pieza en cada jugada!

Mijaíl Tal

Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.

Oscar Wilde

Siempre he creído que hay lugares que son imanes y te atraen si pasas por las inmediaciones.

Patrick Modiano

Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el instante mágico, está a nuestro alcance.

Paulo Coelho

Que si has de casarte, me preguntas. Yo te respondo: Haz lo que quieras. Pues hagas lo que hagas, te arrepentirás.

Sócrates

La naturaleza no es ni moral ni inmoral, es radiantemente, gloriosamente amoral.

Théodore Monod

Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios.

William Shakespeare