Frase de John Lubbock

Nada apetecen tanto los hombres como conservar la vida, y nada hay por que menos se esfuercen en dirigirse bien.... - John Lubbock

Nada apetecen tanto los hombres como conservar la vida, y nada hay por que menos se esfuercen en dirigirse bien.

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Quien tenga mil amigos no puede prescindir de ninguno de ellos, y el que tiene un solo enemigo se encontrará con él en todas partes.

Ali Ibn Abi Tálib

Si te parece más larga la eternidad que el tiempo, hablas de suplicio, y no de beatitud.

Angelus Silesius

Pero tiene que haber olvido, como tiene que haber muerte. Sin olvido, no habría hueco para las ideas y los sentimientos nuevos. Si no olvidáramos no podríamos vivir, porque en el trabajo digestivo del espíritu no puede haber ingestión sin que haya también eliminación.

Benito Pérez Galdós

Las personas que conozco en cada vuelo, son mis raciones individuales de amigos.

El peligro que bordea más de cerca este carácter nacional es lo frívolo o, con expresión cortés, lo ligero. Cosas importantes son tratadas como bromas, y pequeñeces sirven para una ocupación seria.

Creo que realmente he agotado la magia. Fue muy divertido, pero lo he puesto detrás de mí por el momento.

Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos.

Juan el Evangelista

Si la información y el conocimiento son centrales para la democracia, son condiciones para el desarrollo.

Dicen que hotel Amor tiene 400 puertas, y todas las tiene cerradas menos una que está abierta y está en la plaza del querer, donde han roto todas las bombillas para poder quererse bien... corazón de mimbre.

Lograr un cambio de actitud, tanto dentro como fuera del país, de la imagen de los dominicanos, algo por lo que he luchado toda mi vida. Y que nuestros representantes no sean políticos mafiosos que cada cierto tiempo se confabulan para engañar al pueblo.

Se es tres veces pobre si te falta pan, conocimiento y Dios.

Manuel Primo Iglesias

No soy muy buena guardando secretos. Si quieres mantener algo en secreto, no me lo cuentes.

Era el antiguo proverbio: el dinero hace al hombre; lo hace más puro que los ángeles, y para demostrar lo contrario, hay que tener al menos tanto dinero como él.

La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece.

Aun la misma avaricia se rinde ante el afán de lucro.

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