Frase de José Saramago

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No debes entregar tu corazón a la tristeza, sino que debes apartarla de ti, recuerda tu fin, no te olvides de él, porque no habrá reto... - José Saramago

No debes entregar tu corazón a la tristeza, sino que debes apartarla de ti, recuerda tu fin, no te olvides de él, porque no habrá retorno, en nada beneficiarás al muerto y sólo te causarás daño a ti mismo.

José Saramago

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Todo debería hacerse tan simple como sea posible, pero no más que eso.

Albert Einstein

La palabra es sombra del hecho.

Demócrito

Que no hubiera hombres ingratos, si hubiera mujeres cuerdas; porque siempre sus mudanzas nacen de nuestras flaquezas.

Francisco Leiva

Error de creer que el presente es para siempre, que lo que hay a cada instante es definitivo, cuando todos deberíamos saber que nada lo es, mientras nos quede un poco de tiempo.

Javier Marías

Si queremos cambiar algún aspecto de nuestra realidad, tenemos que pensar, sentir y actuar de nuevas formas, tenemos que ser distintos en cuanto a cómo respondemos a las experiencias.

Joe Dispenza

El músico es a través de su música.

John Coltrane

Todas las cosas están a disposición de Dios, y la decisión de la salvación o la muerte perteneciente a él.

Juan Calvino

El hambre del mundo, la violencia social y étnica. Estas cosas ocurren porque se ha acelerado la destrucción de la naturaleza.

Masanobu Fukuoka

La postura clásica era la de creer que la capacidad de inventar y ejecutar planes estaba limitada a sólo tres especies: los chimpancés, los gorilas y los seres humanos. Ahora se planteaba la posibilidad de que también un dinosaurio fuese capaz de hacerlo.

Michael Crichton

Como ya dije, a veces me traicionan los nervios, pero una vez que decido algo, me mantengo firme en mi decisión, para bien o para mal.

Natsume Sōseki

En ciertas mentes, la defensa del espíritu humano se identificaba francamente con la defensa de una nación en particular, concebida como la morada de todo el conocimiento. En otras, la injusticia social despertaba una fidelidad proletaria militante, la cual, si bien era cosmopolita en esencia, contaminaba con pasiones sectarias por igual a sus adalides y a sus enemigos.

Olaf Stapledon

Tenía orejas ideales para sostener el lápiz, y por eso hubo que dedicarle al comercio.

Ramón Gómez de la Serna

¡Qué pequeñas son mis manos en relación con todo lo que la vida ha querido darme!

Ramón J. Sender

Qué terrible es gritar te amo y que la otra persona en el otro extremo grite ¿qué?

Salinger

Las cosas ya no son lo que eran -dijo Húmedo. Era una apuesta bastante segura. Nunca seguían siéndolo.

Terry Pratchett