Frase de Julio Ramón Ribeyro

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Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno sería feliz -lo creo al menos- y ésta es ya una razón sufi... - Julio Ramón Ribeyro

Quién sabe, sin embargo, si esto será lo mejor. Por lo menos cada uno sería feliz -lo creo al menos- y ésta es ya una razón suficiente.

Julio Ramón Ribeyro

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Lo importante en mi opinión no es echar la culpa de un error de alguien, sino averiguar qué causó el error.

Akio Morita

Siempre son los peores americanos los que van allí.

Ann Coulter

Esperar es peor que nacer, porque solamente espera el que se muere de esperar sin hacerse con la vida otra cosa que esperar.

Carmen Conde

Ha sido muy difícil, espero que hayamos superado la barrera del sonido.

Felix Baumgartner

Quien recibe lo que merece, pocas veces lo agradece.

Francisco de Quevedo

Un libro es un pequeño engranaje de una maquinaria exterior mucho más compleja.

Gilles Deleuze

Dime con quién vas y te diré a quien odias.

Jan Laurent

El sentimiento me dice que hay un Dios y no me dice que no existe. Con eso me basta.

Jean de la Bruyere

Comiénzase a sentir ahora que el periodismo es para Europa lo que la oratoria política fue para Atenas y Roma, y que, para que llegara a ser lo que debe, habla de ser manejado por la misma clase de hombres.

John Stuart Mill

Mi madre quería darnos a entender que las tragedias de tu vida un día tienen el potencial de ser historias cómicas en el siguiente.

Nora Ephron

El infierno es para siempre, y todavía soy una niña. No estoy preparada para arder toda la eternidad.

Paul Auster

Que peligroso cuando los diseñadores usan una lengua que la gente no puede entender.

Paula Scher

Las tres cuartas partes de los delitos que son juzgados por los tribunales cada año tienen su origen, o directa o indirectamente, en la desorganización actual de la sociedad, en lo que se refiere a la producción y distribución de la riqueza, y no en la perversidad de la naturaleza humana.

Piotr Kropotkin

Más frecuentemente nos aflige la fantasía que la realidad.

Séneca

No fue Dios quien me salvó. Fue la medicina. La razón es mi profeta y me dice que igual que un reloj se para, nosotros nos morimos. Se acabó. Y si el reloj no funciona bien, nosotros mismos tenemos que arreglarlo aquí y ahora.

Yann Martel