Frase de Lord Byron

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Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.... - Lord Byron

Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.

Lord Byron

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Explorar Frases

No existe superstición que no se haya producido por alguna necesidad.

Arturo Graf

El perfeccionamiento de sí mismo es la base fundamental de todo progreso y de todo desenvolvimiento moral.

Confucio

Puedes llevarte mi ilusión, romperme todo el corazón, como un cristal que se cae al suelo, pero te juro que al final, sola me voy a levantar como un rascacielo.

Demi Lovato

Como queríamos demostrar. (c. q. d.)

Euclides

El arte de dirigir consiste en saber cuando hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta.

Herbert von Karajan

Los homenajes se hacen en vida.

Hugo Sánchez

Algunas clases de negatividad, si permitimos que escapen a nuestro control, son tan letales para una relación que yo los llamo los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. Generalmente estos cuatro jinetes cabalgan en el corazón de un matrimonio en el siguiente orden: críticas, desdén, actitud defensiva y actitud evasiva.

John Gottman

Tu olor de tierra en celo se me acerca y me navega el cuerpo como un barco.

Jorge Debravo

Los apasionados son los primogénitos del mundo.

José Martí

Debo indicar que no es nada más que un espejo del mundo al cual ella sirve. Dicho mundo es una conglomeración de naciones extremadamente variadas, en muchos casos intratables, coléricas, y antagonistas.

Kurt Waldheim

Desde el momento en que un hombre se presta a dar su libertad y su vida por su creencia es que sus sentimientos son sinceros.

Máximo Gorki

Jugué a tope cada partido de mi vida hasta vaciarme.

Michael Jordan

Más vale buena esperanza que ruin posesión.

Miguel de Cervantes

Creo que en los sitios donde uno dirige algo tiene que estar siempre con la idea de que mañana se puede ir.

Pep Guardiola

La ciencia de adquirir riquezas está en encontrar cierta cantidad de hambrientos, pagarles tres monedas, hacerles producir por diez, amontonar una fortuna y acrecentarla de inmediato mediante algún golpe de mano con ayuda del Estado.

Piotr Kropotkin