Frase de Luis Cernuda

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La fortuna es redonda y cuenta lentamente Estrellas del estío. Hacen falta unos brazos seguros como el viento, Y como el mar un beso.... - Luis Cernuda

La fortuna es redonda y cuenta lentamente Estrellas del estío. Hacen falta unos brazos seguros como el viento, Y como el mar un beso.

Luis Cernuda

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Hay dos miradas: La mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre.

Alejandro Dumas

La familia es una escuela de mutuo perfeccionamiento.

Alfonso Reyes Ochoa

La realidad siempre se apresura a demostrarnos hasta qué punto carecemos de imaginación.

Amélie Nothomb

Una tormenta que dura toda una semana. Una oscuridad constante: sólo podemos leer entre relámpagos. Hemos de recordar e ir uniendo lo que leímos a relámpagos.

Elias Canetti

El primero de la estirpe está amarrado en un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas.

Gabriel García Márquez

El medio de amar una cosa es pensar que podríamos perderla.

Gilbert Keith Chesterton

Dudo que la computadora llegue algún día a igualar la intuición y capacidad creativa del sobresaliente intelecto humano.

Isaac Asimov

Ser mejor equivale a haber cambiado muchas veces.

John Henry Newman

El problema de la niñez moderna radica en que se juega a tener y no a ser.

Jorge González Moore

Pero no olvides que soy una chica, delante de un chico, pidiendo que la quiera.

Julia Roberts

Haz que se pregunten por qué sigues sonriendo.

Kirsten Dunst

Maestro es aquél que hace soñar a sus alumnos en hacer posible lo imposible.

Miguel Ángel Cornejo

Como bestia de razón, conoce la enormidad del peligro mejor que las otras bestias; pero vive alegre, porque dispone del olvido, y tiene además la certeza de que existe una Providencia sin otra ocupación que velar por él.

Vicente Blasco Ibáñez

Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso, las horas y el tiempo pasan.

William Shakespeare

¿Pero qué es un hombre verdadero? Los hombres verdaderos de la antigüedad. No pasaban por encima del débil, no lograban sus fines por la fuerza bruta y no se rodeaban de consejeros. En esta forma, fracasando no tenían causas para lamentarse; de tener éxito, no tenían motivos de satisfacción propia. Y podían, por lo tanto, alcanzar las más grandes alturas sin temblar. Entrar en el agua sin mojarse, y pasar por el fuego sin sentir el calor.

Zhuangzi