Frase de Marcelino Champagnat

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La devoción a María gusta de difundirse y quien no intenta comunicarla y tiene poco entusiasmo y poder no tienen límites, y el... - Marcelino Champagnat

La devoción a María gusta de difundirse y quien no intenta comunicarla y tiene poco entusiasmo y poder no tienen límites, y el tesoro de sus regalos demuestra que carece de tan preciosa devoción.

Marcelino Champagnat

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Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío.

Albert Einstein

Ladrad, perros, que yo frenaré vuestras lenguas con bozal más apretado que de bruñido acero, hasta los conductos de vuestras odiosas gargantas.

Christopher Marlowe

Brazos que te sujetaron para alejarte de mí, ¡a mí sí que me salvaron!

Concha Méndez

Es imposible anticipar y predecir los límites del conocimiento científico.

Dmitri Mendeléyev

La felicidad estriba en nuestro placer y no en las cosas; somos felices por poseer lo que amamos, y no por poseer lo que los demás juzgan deseable.

François de La Rochefoucauld

Haz lo que hay que hacer.

Immanuel Kant

El hombre siente celos cuando está enamorado, y la mujer, aunque no lo esté.

Immanuel Kant

El hombre sabe al fin que está solo en la inmensidad indiferente del Universo del que ha emergido por azar. Su deber, como su destino, no están escritos en parte alguna.

Jacques L. Monod

Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche.

Jorge Luis Borges

Los poetas pueden definirse como los seres que saben decir mejor que nadie dónde les duele.

Pedro Salinas

Una causa no triunfa por su bondad y su justicia; triunfa por el afán de sus adeptos.

Práxedis G. Guerrero

No defendimos lo suficiente nuestro ser. Y ahora estamos a merced de los vientos.

Ramiro de Maeztu

¿Es malo un cuchillo? Solo si quien lo empuña es malo.

Rick Riordan

Una sonrisa es la llave secreta que abre muchos corazones.

Robert Baden-Powell

De todas las cosas despreciables que existen, la más despreciable es un hombre que aparece como sacerdote de Dios y es sacerdote de su propia comodidad y ambiciones.

Thorstein Veblen