Frase de Mariano José de Larra

← Anterior Siguiente →
Ni ve que su mismo fuego presto su beldad destruye, y que donde el goce empieza el placer allí sucumbe.... - Mariano José de Larra

Ni ve que su mismo fuego presto su beldad destruye, y que donde el goce empieza el placer allí sucumbe.

Mariano José de Larra

Todas las frases de Mariano José de Larra →

Explorar Frases

Voy a vivir mi vida, y si hay que terminar, pues se termina, que tampoco pasa nada.

Alfredo Landa

Ángel Nieto le debe 8 de sus mundiales a Jan Thiel (ingeniero)... y que era el que se metía en un banco de pruebas con el motor para sacarle hasta la última décima de CV.

Ángel Nieto

Hitler-Mussolini. Con el mismo fin, el mismo fin.

Benjamín Solari Parravicini

Los cautos rara vez se equivocan.

Confucio

Conocía aquel carácter y se reconocía en él, el de los perpetuamente cabreados con el mundo, el de los que creían que la vida les debía algo y se revolvían ante la sangrante injusticia de que siempre les fuera negado.

Dolores Redondo

Es el otro el que siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos han ido salvando la vida, incesantemente.

Ernesto Sabato

Matar a un hombre no será nunca defender una doctrina, será siempre matar a un hombre.

Fernando Savater

El egoísmo ha sido siempre la plaga de la sociedad, y lo que es más, mucho peor es la condición de la sociedad.

Giacomo Leopardi

La práctica debería ser producto de la reflexión, no al contrario.

Hermann Hesse

Viejos amigos, como espadas antiguas, todavía se confía en lo mejor.

John Webster

¡El delito es prudente y cauteloso! En cambio, ¡qué imprudente es la inocencia!

José Echegaray

La mejor treta que pudo idearse el Diablo fue la de hacerle creer al mundo que no existía.

Kevin Spacey

No permitiré a nadie adentrarse en mi mente con sus pies sucios.

Mahatma Gandhi

Ganar el campeonato sería increíble, un grandísimo sueño. No quiero ni pensar en la posibilidad de perder la final: sería un desastre, una catástrofe.

Pau Gasol

No despreciéis a nadie: un átomo hace sombra.

Pitágoras