Frase de Mario Benedetti

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Nadie sabe en qué noche de octubre solitario, de fatigados duendes que ya no ocurren, puede inmolarse la perdida infancia junto a re... - Mario Benedetti

Nadie sabe en qué noche de octubre solitario, de fatigados duendes que ya no ocurren, puede inmolarse la perdida infancia junto a recuerdos que se están haciendo.

Mario Benedetti

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Hay una gran diferencia entre identificar un problema y resolverlo, entre la sabiduría y el vivir sabiamente.

Alain de Botton

Arrestado un tío por llevar una cabeza humana en la mochila. Cuando le preguntaron si tenía algo que declarar dijo No y la maleta dijo: Yo tampoco.

Andreu Buenafuente

Solamente el dolor penetra en el alma lo bastante para hacerla más grande. El despierta en ella sentimientos hasta entonces insospechados. Hay en el alma lugares muy encumbrados donde duerme la vitalidad, y adonde sólo el dolor puede llegar.

Antoine Blanc de Saint-Bonnet

Es aquí donde reside la sabiduría de los pueblos.

Conde de Lautréamont

Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa... Pasé hambre... Pasé frío... Pero era libre... Libre de no levantarme... De no acostarme... De emborracharme... De soñar... De esperar.

Edith Piaf

Pues que ansí es, adelante en buena hora.

Hernán Cortés

Ni quiero lo que atormenta ni quiero lo que empalaga.

Marcial

Concentre todos sus esfuerzos en un objetivo principal definido.

Napoleon Hill

A los señores españoles les digo que la puerta es bien ancha.

Nicolás Eyzaguirre

El mundo no es, el mundo está siendo.

Paulo Freire

La juventud te hace valiente, supongo. Cuando uno es joven, hace el ridículo todo el tiempo.

Shirley Henderson

El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar en los viajes.

Susan Sontag

Siempre he juzgado más honroso, y también más útil, dar un buen ejemplo que seguir uno malo.

Thomas Jefferson

Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien.

Virginia Woolf

A la derecha se hallaban las teas, alineadas ante las ruinas de un palacio inmenso, cuyos muros se hallaban cubiertos de distintas figuras; al frente se veían las gigantescas estatuas de cuatro animales, mezcla de grifo y leopardo, que inspiraban espanto.

William Beckford