Frase de Mary Wollstonecraft

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La angustia de mis sentimientos no cejaba; no había incidente del cual mi furia y desdicha no pudieran sacar provecho.... - Mary Wollstonecraft

La angustia de mis sentimientos no cejaba; no había incidente del cual mi furia y desdicha no pudieran sacar provecho.

Mary Wollstonecraft

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Moneda que está en la mano, tal vez se deba guardar. La monedita del alma se pierde si no se da.

Antonio Machado

Tú has acabado con mi sufrimiento, me has regalado una nueva eternidad. Sé mi compañera, Nora. Sé mi todo.

Becca Fitzpatrick

El orgullo, que tanto alienta nuestra vanidad, nos sirve a menudo para moldearla.

François de La Rochefoucauld

Si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y preciada es la mujer buena.

Fray Luis de León

Es indudable que el ser libre puede significar libertad para morir de hambre... El vagabundo que carece de dinero y que vive precariamente gracias a una constante improvisación es ciertamente más libre que el soldado que cumple el servicio militar forzoso, dotado de seguridad y relativamente bienestar.

Friedrich Hayek

La domesticación no mejora a la bestia, la enferma, hace que se aborrezca a si misma, la llena de odio hacia los instintos vitales, la llena de desconfianza hacia todo lo que sigue siendo fuerte y feliz. En una palabra, la hace cristiana.

Friedrich Nietzsche

Que buen nivel Gasty, esto es tenis, bien!

Gastón Gaudio

Mala disposición tiene para el matrimonio quien no tiene madera de déspota o de esclavo.

Jean Rostand

La única victoria sobre el amor es la contienda.

Marlene Dietrich

Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro.

Noel Clarasó

Next time la Casablanca, no hay carro nos vamoh en balsa.

Pitbull

No existe nada más contagioso que el entusiasmo.

Samuel Taylor Coleridge

El esfuerzo llama así a los mejores.

Séneca

Los genios no son comprendidos sino después de su muerte. Las personas no son verdaderamente amadas sino después de su muerte. Las ciudades no son nostalgiadas sino en el desierto. ¿Por qué?

Von Keyserling

La fuerza principal de la conducta es hoy la aspiración a vivir como los ídolos públicos.

Zygmunt Bauman