Frase de Mateo Gil

← Anterior Siguiente →
Los premios no son lo fundamental. Lo que importa es llevar al público a las salas, que la gente vea tu obra.... - Mateo Gil

Los premios no son lo fundamental. Lo que importa es llevar al público a las salas, que la gente vea tu obra.

Mateo Gil

Todas las frases de Mateo Gil →

Explorar Frases

Vive sin dignidad aquel cuya vida no sostiene la de otro semejante.

Anónimo

Para hacer cosas dignas de alabanza una de las condiciones más necesarias es no temer la censura.

Arturo Graf

La meditación persistente sugiere siempre argumentos contra las decisiones; la profunda reflexión acaba a menudo en inercia.

Auguste Rodin

El amor es un punto de acuerdo entre un hombre y una mujer que están en desacuerdo en todo lo demás.

Enrique Jardiel Poncela

Vencer es bello, pero combatir es mucho mejor.

Enzo Ferrari

El estudio profundo de la naturaleza es la fuente más fértil de descubrimientosmatemáticos.

Felix Klein

No resistas nunca a la tentación. Prueba de todas las cosas y conserva la que sea buena.

George Bernard Shaw

Como obrero que soy, tengo entendido que el realismo literario, y más aún si se trata de realismo socialista, ese realismo no consiste en dar una visión fotográfica de la vida de los trabajadores, sino en que el autor, el escritor, el novelista, el narrador, ponga de sí su ideología, es decir, que sepa volcar en el trabajador su esperanza.

José María Arguedas

Lo sabes bien, todo lo que nos desune es en el fondo lo que nos deja vivir tan bien juntos.

Julio Cortázar

Saluda a aquellos que conozcas y los que no conozcas.

Mahoma

Pero no estoy loco, solo estoy viviendo en mi mundo.

Mucho Muchacho

Quien no ha caído nunca, no tiene una idea justa del esfuerzo que hay que hacer para tenerse en pie.

Multatuli

Pedir celos es despertar a alguien que está durmiendo.

Proverbio

Si el cuerpo es derecho no importa que la sombra sea torcida.

Proverbio Chino

A veces miraba a los soldados heridos con envidia. Le parecía que las personas con cuerpos lacerados debían ser peculiarmente felices. Deseaba que él también hubiera podido ostentar una herida, un rojo emblema del valor.

Stephen Crane