Frase de Napoleon Hill

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Una mente dominada por emociones positivas se convierte en una morada favorable para el estado mental conocido como fe.... - Napoleon Hill

Una mente dominada por emociones positivas se convierte en una morada favorable para el estado mental conocido como fe.

Napoleon Hill

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Explorar Frases

El pecado del hombre está en su incapacidad para vivir lo que es. Siendo el dueño de la tierra, el hombre olvida que él es el siervo de Dios.

Abraham Joshua Heschel

Ni hay consuelo al afligido, como su propia inocencia.

Alonso de Barros

Twitter es sólo una herramienta que utiliza la gente para hacer lo que quiere.

Biz Stone

Me inscribí para proteger a este país. Yo no elejí las guerras.

Bradley Cooper

¡Ay, qué amante es la rosa y qué amada la espina!

Gabriela Mistral

La Razón, no solo asiente a los vicios, sino que hace pasar por virtudes los más perjudiciales.

Juan Pablo Forner

Lo que da valor a un placer es usarlo raramente.

Juvenal

El mismo que sonríe en la foto, no busca tu opinión solo tu voto.

Lírico

El único mal que vislumbro, consiste en desanimar a las personas que quieren mejorar, a causa del miedo a perder nuestra supuesta superioridad.

Lisa Kleypas

Lo que sucede es que debemos vivir con los vivos.

Michel de Montaigne

Yo soy tan pobre como la naturaleza y tan simple como el firmamento, y mi libertad es tan quimérica como el canto de los pájaros nocturnos.

Ósip Mandelshtam

Una guitarra y mi niñez, la escuela y mi primera vez, amigos que no he vuelto a ver se van quedando tras de mi. Un cigarrillo, una canción, las fotos del primer amor, recuerdos en mi habitación se van quedando tras de mí.

RBD

El que se convierte en una bestia se ahorra el esfuerzo de vivir como un hombre.

Samuel Johnson

Como individuo, la mujer es un ser endeble y defectuoso.

Tomás de Aquino

Una mujer le dijo a mi conocido polaco que varios hombres de la Gestapo habían entrado en la maternidad judía, se habían llevado a los recién nacidos, los habían puesto en un saco, habían salido y los habían echado a un coche fúnebre. Los malvados no se conmovieron con el llanto de los niños ni con las quejas desgarradoras de las madres. Aunque casi no se pueda creer, fue así.

Wladyslaw Szpilman