Frase de René Goscinny

← Anterior
Sentimiento incomprensible, pero que nos tranquiliza a nosotros, los autores, siempre inquietos mirando el porvenir: los Dalton demues... - René Goscinny

Sentimiento incomprensible, pero que nos tranquiliza a nosotros, los autores, siempre inquietos mirando el porvenir: los Dalton demuestran que no hay un porvenir para los imbéciles. Estamos por tanto tranquilos.

René Goscinny

Todas las frases de René Goscinny →

Explorar Frases

Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a sus dioses.

Anónimo

Si las penas destruyen la felicidad, los placeres la degradan.

Duque de Levis

Cuando uno está de pie en la cima del mundo, se es demasiado humilde como para pensar acerca de los récords.

Felix Baumgartner

La sabiduría comienza en la buena intención.

Francisco Garzón Céspedes

Cuando se hacen las maletas se debe tener un espíritu abierto a todas las sorpresas, a no fatigarse, a no ser caprichoso, a comer bien y a beber mejor.

Francisco Nieva

Aprende de mí que un hombre prudente, que ha escuchado una acusación penal relacionados con tantos pormenores absurdo deja de ser prudente cuando se hace a sí mismo el eco de lo que ha escuchado, ya que si la acusación debía ser un factor calumnia, el orador A sí mismo convertido en el cómplice de la slanderer.

Giacomo Casanova

Lo grotesco triste tiene para mí un encanto inaudito; corresponde a las necesidades íntimas de mi naturaleza, que es bufonescamente amarga. No me hace reír sino soñar largamente.

Gustave Flaubert

Cuando se posee la fuerza, se deja de invocar a la justicia.

Gustave Le Bon

A cualquier edad es preciso un propósito en la vida. Es la mejor cura contra muchos males.

Isabel Allende

El domingo me cargaría a todos los jugadores. El martes, sólo a ocho. El jueves creo que los culpables son sólo dos o tres. Al final acaban jugando los mismos once cabrones de siempre.

John Benjamin Toshack

Un hombre luchará más fuerte por sus intereses que por sus derechos.

Marlene Dietrich

El último de estos demonios de los elementos se llama El Rey de las Nubes; su figura es la de un bello joven y se caracteriza por dos grandes alas negras. Aunque su aspecto es realmente encantador, no abriga mejores intenciones que los demás. Se ocupa continuamente de provocar tormentas, arrancar bosques de cuajo y derrumbar castillos y conventos sobre las cabezas de sus moradores.

Matthew Gregory Lewis

Condorito: SI, está bien, el mundo lo comprendo yo a mi manera, pero dime una cosa, pulpo: si yo no fuera tan buen actor de la vida, ¿De qué vivías antes que yo naciera? Pepo: ¡Plop!

Pepo

¡Oh muerte! ¡Cómo persigues al dichoso y rehuyes al desdichado!

Séneca

Un alma sin cuerpo es tan inhumana y espantosa como un cuerpo sin alma. Por cierto, lo primero es una rara excepción y lo segundo es el pan nuestro de cada día.

Thomas Mann