Frase de René Rebetez

← Anterior Siguiente →

No puedo hablar de todos mis amores, pertenecen a la intimidad de los recuerdos. Puedo asegurar que he sido afortunado en mi trato con... - René Rebetez

No puedo hablar de todos mis amores, pertenecen a la intimidad de los recuerdos. Puedo asegurar que he sido afortunado en mi trato con las mujeres.

Todas las frases de René Rebetez →

Explorar Frases

Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser. Libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer.

Grande y dorado, amigos, es el odio. Todo lo grande y lo dorado viene del odio.

Eduardo Lizalde

Una mala conciencia se cura más fácilmente que una mala reputación.

Friedrich Nietzsche

Los hombres entienden las discusiones como el arte de hacer callar al adversario; las mujeres como el arte de no dejar la posibilidad de hablar.

Los que no saben llorar con todo su corazón, tampoco saben reír.

Buscar en primer lugar, tratar más tarde.

A mi no me impresiona nadie con el precio, pero sí con los resultados.

El proceso creativo es como la música, que tiene raíz con extraordinaria fuerza y rapidez.

Piotr Ilich Chaikovski

Era un lago como esos que hacen las nubes, Con sus bordes de plata, con sus querubes, con su vaivén; Lago de medianoche, blanco y profundo; como entre cielo y tierra, como en el mundo, y fuera dél; era una canastilla de desposada, toda encajes y perlas, toda escarchada, como a cincel.

Galicia emociona como un dulcísimo llanto. Su paisaje es tan puro, que el corazón se arremansa en él. Su montaña no es brutal, sino idílica. Y yo sé cómo los seres humanos, que han nacido en la montaña, aman a la montaña. Es el amor de toda su vida.

Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo pasa a ser mi universo, el credo que se nutre; la aromática lámpara que alzo estando ciego cuando junto a la sombras los deseos me ladran.

El camino del vicio no solamente se desliza, sino que se precipita hacia abajo.

No hay nada en el mundo que sea equiparable al secretoamor de una niña que permanece en la penumbra y tiene pocas esperanzas.

Gru vuelve a la carga, con coches chulos, gadgets y armas.

No practico el sexo tanto como querría, pero entreno todo lo que puedo.

Explorar Autores

Manuel Solís Palma Umberto Eco Rafael Simancas Vincent Riotta Valery Larbaud Salvador Espriu Juan Luis Vives Julia Kristeva Guillermo Díaz-plaja Dorothy Thompson