Frase de Robert G. Ingersoll

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La felicidad no es un premio, sino una consecuencia. El sufrimiento no es un castigo, sino un resultado.... - Robert G. Ingersoll

La felicidad no es un premio, sino una consecuencia. El sufrimiento no es un castigo, sino un resultado.

Robert G. Ingersoll

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Explorar Frases

El pasado ya no es y el futuro no es todavía.

Agustín de Hipona

Cuando los placeres se exageran, truécanse en dolor.

Epicteto

Savonarola, Lutero, Rousseau, Robespierre, Saint-Simon-, el tipo antitético del espíritu fuerte, el cual ha llegado a ser libre.

Friedrich Nietzsche

Un sujeto es un significante para otro significante.

Jacques Lacan

Ramón Mendoza es un inductor a la violencia. Es como la KGB e Idi Amin.

Jesús Gil y Gil

Futuro esperanzador para todos.

Malala Yousafzai

El vigor del capitalismo tiene su debilidad incorporada. Porque le capitalismo es codicia. Lo que lo hace vigoroso es que hay creatividad mezclada con la codicia. Parece estar demostrado que el capitalismo logra mayor creatividad que el socialismo. Sin embargo, lo hace a un costo previsible, que es que la codicia se vuelve primordial.

Norman Mailer

La vida es acción y pasión, por lo tanto, se requiere de un hombre que comparta la pasión y la acción.

Oliver Wendell Holmes

Los feos y los estúpidos son quienes mejor lo pasan en el mundo. Se pueden sentar a sus anchas y ver la función con la boca abierta. Aunque no sepan nada de triunfar, se ahorran al menos los desengaños de la derrota.

Oscar Wilde

La vida no es una cuestión de hitos, sino de momentos.

Rose Kennedy

Nuestros deseos, con frecuencia, son precursores de las cosas que somos capaces de hacer.

Samuel Smiles

Mi objetivo es simple. Es un entendimiento completo del universo, por qué es como es y por qué existe.

Stephen Hawking

Los libros y las prostitutas entrecruzan el tiempo. Dominan la noche como el día y el día como la noche.

Walter Benjamin

Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.

William George Ward

¡Perder el sueño, que desteje la intrincada trama del dolor; el sueño, descanso de toda fatiga; alimento el más dulce que se sirve a la mesa de la vida.

William Shakespeare