Frase de Samuel L. Jackson

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Tenemos que sacar este coche de la calle, la pasma suele fijarse en los coches que circulan bañados en sangre.... - Samuel L. Jackson

Tenemos que sacar este coche de la calle, la pasma suele fijarse en los coches que circulan bañados en sangre.

Samuel L. Jackson

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Somos UP Y D. Somos los políticos de la conjunción copulativa.

Álvaro Pombo

La más temible enfermedad en un matrimonio es la plaga de una mujer que razona con lógica.

Charles Fiessinger

Todos nos inclinamos hacia el odio o hacia el amor. No queda otra elección.

Clemens von Brentano

El infinito matemático se da en la realidad... Tenemos, pues, un infinito no sólo de primero sino además de segundo grado y podemos dejar a cargo de la imaginación de los lectores la construcción de nuevos infinitos de un grado más elevado en el espacio infinito, si tienen deseos de hacerlo.

Friedrich Engels

El deber no es otro que sentir lo grande, adorar lo bello y no aceptar, con las ignominias que nos imponen, todos los convencionalismos sociales.

Gustave Flaubert

Es más difícil hacer durar la admiración que provocarla.

Joseph Sanial-Dubay

Cuando no tenga más nada que comer todo me parecerá delicioso.

Leandro Kabakian

No hay mejor bolsa que la caridad.

Miguel de Cervantes

Llegan a amasar una fortuna a fuerza de austeridad, de privarse incluso de lo necesario, por el inútil placer de morirricos.

Miguel Delibes

Que tanto gusto había en quejarse, un filósofo decía, que, a trueco de quejarse, habían las desdichas de buscarse.

Pedro Calderón de la Barca

El mayor servicio que pudiera prestarse al espíritu humano, en el momento que nos hallamos, sería encontrar un procedimiento para procurar a todos el bienestar material.

Peter Brian Medawar

A perro colimbo, sartenazo en los hocicos.

Proverbio Chino

La vanidad muere con dificultad. En algunos casos obstinados, sobrevive al hombre.

Robert Louis Stevenson

Se lo llevó todo y me dejó en la calle, fuera de mi propio corazón. Solo.

Roberto Obregón

No hace beneficio quien mira a la prosperidad del que lo recibe.

Séneca