Frase de Virginia Woolf

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La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón en dos.... - Virginia Woolf

La belleza del mundo que tan pronto perecerá tiene dos filos, uno de risa, otro de angustia, partiendo el corazón en dos.

Virginia Woolf

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Explorar Frases

¡El mensaje simplemente es... amor!

Barry White

Soy un niño del siglo XXI atrapado en una familia del siglo XIX.

Bill Watterson

Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones.

Gregorio Marañón

Siéntate en tu puesto y nadie te hará levantar.

H. G. Wells

Las leyes fueron inventadas por los fuertes para dominar a los débiles, que son muchos más.

Isabel Allende

El arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma tal que se obtenga la mayor cantidad de plumas con el menos ruido.

Jean Baptiste Colbert

Una escuela es una fragua de espíritus.

José Martí

Quisiera ser el aire que respiras, quisiera ser el sol que te ilumina, pero lo que más quisiera ser, es el amor de tu vida.

Lord Acton

El líder que reclama todos los honores por el trabajo de sus seguidores, seguramente encontrará resentimiento. El verdadero líder no reclama ninguno de los honores. El está satisfecho de ver los méritos cuando los hay, va hacia sus seguidores porque él sabe que los hombres que más trabajaran serán por elogios y reconocimiento que sólo por el dinero.

Napoleon Hill

El 12 de octubre es un día de duelo continental.

Rodrigo Mauregui

Un atributo de la memoria es su inagotable capacidad para deparar sorpresas. Otro, su imprevisibilidad.

Sergio Pitol

La mujer no debe depender de la protección del hombre, sino ser enseñada para protegerse a sí misma.

Susan B. Anthony

El derecho que triunfa sin ninguna necesidad de violencia.

Victor Hugo

No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.

Virginia Woolf

Los preparativos de la guerra ejercen en mí una fascinación morbosa. Le pido a Dios que me perdone estos sentimientos tan frívolos.

Winston Churchill