Frase de William Butler Yeats

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Y cuando tú suspiras entre besos, escucho la blanca Belleza también suspirando por aquella hora cuando todo deberá consumirse c... - William Butler Yeats

Y cuando tú suspiras entre besos, escucho la blanca Belleza también suspirando por aquella hora cuando todo deberá consumirse cual rocío.

William Butler Yeats

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El verdadero mal de la vejez no es el debilitamiento del cuerpo sino la indiferencia del alma.

André Maurois

Es asombroso cómo uno se ve obligado a tomar decisiones, quiera o no quiera.

Barbra Streisand

Si los hombres son tan perversos teniendo religión, ¿cómo serían sin ella?.

Benjamin Franklin

También yo mataría, incluso a ti: me haces soñar sin tregua, no me dejas dormir.

Clara Janés

Pensé que seríamos grandes, y lo fuimos.

Freddie Mercury

¡Será posible! ¡Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto!

Friedrich Nietzsche

El sueño es una segunda vida.

Gérard de Nerval

Tal vez nadie lo sepa... Como tal vez un día todos irán sabiendo lo que nadie sabía.

José Ángel Buesa

Nos disponemos siempre a vivir pero nunca vivimos.

Marco Manilio

Vivir es transitar la oscuridad con ojos que se cierran o se abren lo oscuro por las dudas nos abraza y se convierte en nuestro nuevo hogar.

Mario Benedetti

Mañana, diez siglos contemplarán nuestra victoria.

Marlene Dietrich

Vamos hacia la vida.

Ricardo Flores Magón

Las verdaderas leyes de Dios son las leyes de nuestro propio bienestar.

Samuel Butler

El ideal de una persona no servirá para otra. Quien abrigue un ideal que no pueda alcanzar, se sentirá decepcionado. Deberías tener tu propio ideal. Puedes alcanzarlo ahora o dentro de diez años. No importa demasiado. Todo el mundo debiera tratar con su mejor empeño de vivir de acuerdo con este ideal. Toda tu energía, fuerza nerviosa y voluntad han de ser puestas al servicio de este ideal.

Swami Sivananda

Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo.

Voltaire