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Quien pudiéndolo hacer no impide que se cometa un crimen, lo estimula.
Séneca
Súfrase, y no se reprenda lo que excusar no se puede.
Hoy puede acontecer lo que puede acontecer cualquier día.
Sea ésta la regla de nuestra vida: decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos.
Vicios hay que como señales de felicidad deleitan.
El cuerpo del hombre no es un hogar, sino una posada, y esto por poco tiempo.
No sabe ser rey el que teme mucho el odio ajeno.
No hay mayor causa para llorar que no poder llorar.
Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste.
Fácilmente cree el desdichado.
Los afligidos se apartan de lo que aman mucho.
Mi patria es todo este mundo.
Pide el beneficio el que a la memoria lo trae.
Todo lo vence el hombre, menos el hambre.
No hace solamente la guerra el que se halla en el campo.
Ninguna esperanza queda de virtud, cuando no solamente deleitan los vicios, sino que se aprueban.
Quien más disfruta de sus riquezas es aquel que menos necesita de ellas.
Las obras se tienen medio terminadas cuando se han comenzado bien.
Ningún vicio permanece sólo encerrado en sí mismo.
Ingrato es el que sólo en secreto es agradecido.
Para el hombre ocupado no hay día largo.
Sin estudiar enferma el alma.
El vivir es un don de los diosesinmortales, pero el vivir bien es un don de la filosofía.
Procura en tus estudios no saber más que los otros, sino saberlo mejor.
Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos.
Hay un modo decoroso aun en el mismo dolor, y éste es el que debe guardar el hombre prudente.
La lectura alimenta el espíritu y le da reposo cuando está fatigado por el esfuerzo.
Por el vicio ajeno enmienda el sabio el suyo.
Aunque amor sea virtud, algunas veces perjudica.
He aquí una cosa grande: tener la debilidad de un hombre, y la seguridad de un Dios.
El colmo de la infelicidad es ciertamente no ya deleitarse en las cosas vergonzosas, sino complacerse en ellas; cuando aquellos que fueron vicios se transforman en costumbres ya no hay remedio.
Hasta el que se aparta de la virtud, la reconoce.
Si la cólera no se contiene nos hará más daño que la injuria que la provocó.
Con facilidad se adquiere lo preciso, para la vida.
El mejor límite para el dinero es el que no permite caer en la pobreza ni alejarse mucho de ella.
Gran consuelo es pensar que los males que cada cual sufre, todos los sufrieron antes y todos los han de sufrir.
Para mayores desgracias guarda la fortuna a quien favorece.
¡Cuán mezquina inocencia la del que se contenta con ser bueno según la ley!.
Tan grande como la turba de los admiradores es la turba de los envidiosos.
Ninguno, si no se compara, es desdichado.