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La avaricia es como la llama, la violencia de la cual aumenta en proporción al incendio que produce.
Séneca
Al que una vez perdió el crédito, nada le queda que perder.
Lloren los ojos, mas no el alma.
Los desgraciados creen con facilidad que es o será cierto aquello, que ellos desean que ocurra.
No es estable el dominio en lugar extraño.
A algunos se les considera grandes porque también se cuenta el pedestal.
La vida es larga, si sabes hacer uso de ella.
Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.
Poco bien alegra al pobre.
Más daño hace el enemigo al que huye.
El primer arte que debe aprender un rey es a soportar la envidia.
Industria es la aparente simpleza.
Los desgraciados casi nos fuerzan a ser duros e insensibles.
¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor.
Nada de lo que poseemos es necesario, hay que volver a las leyes de la Naturaleza.
Menos se siente perder lo que nunca pudo alegrar.
La juventud debe acumular; la vejez, usar.
La enemistad oculta es la más peligrosa: declarada, carece de probabilidades para vengarse.
La edad se descubre más cuando se disimula con arte.
La muerte está en todas partes. Por un favor insigne de los dioses, si cualquiera puede arrancarle al hombre la vida, ninguno empero puede arrancarle la muerte; mil caminos conducen a esta meta.
Nadie puede concebir cosa que mejor siente en los reyes que la clemencia.
Ningún vicio hay que no tenga disculpa alguna.
La amistad beneficia siempre; el amor causa daño a veces.
Prueba es de buen espíritu tener firmeza.
El que pide con timidez invita a negar.
¿Quién habla rebuscadamente sino el que quiere hablar con afectación?
Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.
Grave muerte espera a aquel a quien todo el mundo conoce y muere sin conocerse a sí mismo.
Nadie puede considerarse libre si es esclavo de su propia carne.
Los dioses no tienen paz.
El que cree ser la honradez el único bien lleva consigo mismo toda la felicidad.
Injusto es hacer mal al que menos veces te lo hizo.
La velocidad del tiempo es infinita.
Acomodarse con la pobreza es ser rico. Se es pobre, no por tener poco, sino por desear mucho.
Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida.
Reinar sobre sí mismo es el reinado más glorioso.
Nadie muere sino en su propio día.
La cólera es como esas ruinas que se desmoronan encima de lo que caen.
Forma parte de la curación el deseo de ser curado.
Trata a tu inferior como quieras ser tratado por tu superior.