Frase de Alphonse de Lamartine

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Lo que llamamos nuestros días más bellos no son sino un brillante relámpago en medio de una noche de tempestad.... - Alphonse de Lamartine

Lo que llamamos nuestros días más bellos no son sino un brillante relámpago en medio de una noche de tempestad.

Alphonse de Lamartine

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Cerró las puertas a la poesía y no regresó jamás.

Antonio Brañas

Así como el agua no tiene una forma estable, no existen en la guerra condiciones permanentes.

Chia Lin

La prueba final de una novela será el cariño que nos inspire; la misma prueba que hacemos a nuestros amigos y a todas esas otras cosas que no podemos definir.

Edward Morgan Forster

Para Dios, todo deseo nuestro es como una oración.

Elizabeth Barrett Browning

Cuando la muerte se aproxima, los viejos encuentran que la vejez ya no es una carga.

Eurípides

Los sustos no se estudian, se hacen y ya está.

John Goodman

Lleva mucho tiempo pronunciar algo en lengua Ent, y nunca decimos nada a menos que merezca la pena el tiempo que requiere decirlo.

John Rhys-Davies

Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EE.UU. y Zapatero presidiendo la U.E.

Leire Pajín

El único mal que vislumbro, consiste en desanimar a las personas que quieren mejorar, a causa del miedo a perder nuestra supuesta superioridad.

Lisa Kleypas

Todas las religiones son caminos diferentes que convergen al mismo punto.

Mahatma Gandhi

Hasta que ellos vengan con una mujer independiente que está en su propia aventura, creo que no me interesa.

Michelle Rodriguez

No soporto al artista cuya principal motivación sea la provocación. Creo que los grandes provocadores lo son sin proponérselo.

Pedro Almodóvar

Me siento muy orgulloso (y doy por ello gracias al Todopoderoso) de poder tener una cama de repuesto para mis amigos.

Samuel Pepys

Por fin me ve como soy en realidad: violenta, desconfiada, manipuladora y letal. Y lo odio por ello.

Suzanne Collins

Somos el milagro de los milagros, el gran inescrutable misterio de Dios.

Thomas Carlyle