Frase de Arthur Rimbaud

Golpeó una puerta, y, en la plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por las veletas y los gallos de los campana... - Arthur Rimbaud

Golpeó una puerta, y, en la plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por las veletas y los gallos de los campanarios de todas partes, bajo el deslumbrante chubasco.

Arthur Rimbaud

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