Frase de Charles Dickens

← Anterior Siguiente →
Acostumbramos a cometer nuestras peores debilidades y flaquezas a causa de la gente que más despreciamos.... - Charles Dickens

Acostumbramos a cometer nuestras peores debilidades y flaquezas a causa de la gente que más despreciamos.

Charles Dickens

Todas las frases de Charles Dickens →

Explorar Frases

El compromiso de cumplir algún mandamiento sería un interesante programa electoral.

Andrés Rábago García

En mi caso el amor es sólo sufrimiento.

Blake Lively

No habrá devaluación del rublo. Lo digo con firmeza y en forma explícita.

Boris Yeltsin

Que cada uno practique el arte que conoce.

Cicerón

Cuando los malos entran en combinaciones, los buenos deben asociarse; de otra suerte sucumbirán uno por uno en un sacrificio sin piedad, en una lucha despreciable.

Edmund Burke

¿Quién es el hombre más feliz, el que ha enfrentado la tormenta de la vida y la vivió, o el que se ha mantenido firmemente en tierra y sólo existió?

Hunter S. Thompson

Vivimos en tiempos peligrosos. Nuestros ejércitos son poderosos, y gastamos miles de millones de dólares al año en nuevas cárceles, sin embargo, nuestras vidas aún están gobernadas por el miedo. Somos como enanos perdidos en un laberinto. No estamos en guerra, estamos teniendo un ataque de nervios.

Hunter S. Thompson

Es buena la propaganda que conduce al éxito.

Joseph Goebbels

Sin el dogma, la moral no es otra cosa que un conjunto de máximas y sentencias; con el dogma, conviértese en mandamiento, obligación y necesidad.

Joseph Joubert

Quien me quiera seguir, que me siga y quien me quiera acompañar, que me acompañe.

Juan Domingo Perón

Puedes decidir qué tipo de rey querrás ser.

Lupita Nyong'o

No siempre carece de razón una persona cuando está airada; el hombre innoble no monta nunca en cólera.

Niccolò Tommaseo

No temo nada, no espero nada, soy libre.

Nikos Kazantzakis

Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?

Sor Juana Inés de la Cruz

Un príncipe que escriba contra la adulación es algo tan raro como un Papa que escriba contra la infalibilidad.

Voltaire