Frase de Dulce María Loynaz

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El beso que no te di se me ha vuelto estrella dentro... ¡Quién lo pudiera tornar -y en tu boca- otra vez beso!... - Dulce María Loynaz

El beso que no te di se me ha vuelto estrella dentro... ¡Quién lo pudiera tornar -y en tu boca- otra vez beso!

Dulce María Loynaz

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No quiero dejar un trabajo por otro, y yo no creo que tenga que sacrificar algo para poner mi 'todo' en alguno de ellos.

Aaliyah

Dios bendixo la casa do el buen orne cria.

Arcipreste de Hita

Los regalos menudos entretienen la amistad; los grandes, el amor.

Charles Narrey

Trasladémonos con la imaginación a los futuros tiempos de la irreligión consciente y razonada.

Élisée Reclus

Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.

Fiódor Dostoyevski

La metafísica de los filósofos no es más que el sentido común en lenguaje intrincado.

Goethe

Moralidad viene con la triste sabiduría de la edad, cuando el sentido de la curiosidad ha mermado.

Graham Greene

Todos los objetos visibles, hombre, son solamente máscaras de cartón piedra. Pero en cada acontecimiento (en el acto vivo, en lo que se hace sin dudar) alguna cosa desconocida, pero que sigue razonando, hace salir las formas de sus rasgos por detrás de la máscara que no razona.

Herman Melville

Las buenas maneras son los signos masónicos de la decencia en todo el mundo.

Ignacio Manuel Altamirano

No hay otra nobleza que la de la virtud, el saber, el patriotismo y la caridad.

José María Morelos

No me digas que la naturaleza no es un milagro. No me digas que el mundo no es un maravilloso cuento. Quien no lo haya entendido, tal vez no lo haga hasta el momento en que el cuento esté a punto de acabar.

Jostein Gaarder

No temas al otoño, si ha venido. Aunque caiga la flor, queda la rama. La rama queda para hacer el nido.

Leopoldo Lugones

Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.

Molière

La filosofía viene después de la práctica.

Taisen Deshimaru

La tristeza ablanda el ánimo y hace buscar como una sombra refrescante la amistad de los humildes.

Vicente Blasco Ibáñez