Frase de Emil Cioran

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Deja de vigilar a tu alma; ¡mírala cómo sale de estampida al cielo!... Al menor descuido, envuelta en llamas, se suelta y se va hacia ot... - Emil Cioran

Deja de vigilar a tu alma; ¡mírala cómo sale de estampida al cielo!... Al menor descuido, envuelta en llamas, se suelta y se va hacia otros mundos. ¿De dónde vendrá esa súbita llamarada que la arroja al destierro en parajes celestiales mientras tú te quedas aquí, como victima junto a un cuerpo abandonado?

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Todos tienen capacidad creativa, pero muy pocas personas saben cómo aprovecharla.

Los actos exteriores revelan los secretosíntimos.

Un amigo es alguien que lo conoce todo de ti, y sin embargo... te aprecia.

Ser flor es ser un poco de colores con brisa; la vida de una flor cabe en una sonrisa.

Carlos Pellicer Cámara

Jamás se confunde un óvalo con un círculo ni una hipérbola con una elipse. El isósceles y el escaleno se caracterizan por límites más precisos que los de vicio y virtud, bien y mal.

Escribo diálogos porque no me gusta describir cosas por mí mismo. Me gusta el punto de vista y los puntos de vista cambian. Todo se basa en cómo un personaje ve cualquier cosa que esté ocurriendo. Incluso el tiempo.

Yo conocía a uno que, cuando escribía alguna carta, ponía lo más importante en la posdata, como si fuera algo accidental.

Nuestro régimen, que es de hermandad y solidaridad, habrá de exigir cuantos sacrificios hagan falta a los que más tienen en provecho de los que ahora viven de una manera miserable.

José Antonio Primo de Rivera

Habrá dos fechas en tu tumba. Todos tus amigos las leerán pero lo relevante será ese pequeño guión entre ellas.

Todo lo que estimula nuestra vida, trayéndonos calor, frío, tristezas, es breve y es saludable. ¡Sopórtalo, entonces, como lo hace el sabio!

Nadie llega muy lejos si se olvida de aquellos que estaban a su lado cuando lo necesitaba.

Hombre paciente no es vencido.

No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la región de la libertad, descendamos a la región de la tiranía.

Simón Bolívar

Tu tienes que ser la última estrella, mi amiga y compañera en el infinito de nosotros dos.

Vinicius de Moraes

¡Oh Jesús! perdona las pequeñas locuras que provoca la menopausia.

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