Frase de Enzo Ferrari

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Yo no sé cómo es el alma, pero si es que existe, los motores deben tener una, porque se quejan, se desesperan, se rebelan y se comporta... - Enzo Ferrari

Yo no sé cómo es el alma, pero si es que existe, los motores deben tener una, porque se quejan, se desesperan, se rebelan y se comportan como niños a los que se forma, día a día, educándolos.

Enzo Ferrari

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Explorar Frases

Despertar pasiones solo es atributo de quien en sí mismo siente el fuego pasional.

Adolf Hitler

Un árbol es un vecino muy peligroso en una tormenta.

Charles Dickens

A mí me ha costado muchos años llegar a ser mi amiga. Pero para ser mi amiga acepto mi lado oscuro y mi lado bueno.

Chenoa

La habilidad mata a la sabiduría; ésta es una de las pocas cosas ciertas y tristes.

Gilbert Keith Chesterton

En el orden intelectual soy un hombre desgarrado hasta el escándalo por sucesivas y contrarias lealtades.

Jorge Luis Borges

La palabra es una herramienta de lucha.

Juan Gelman

Porque cuando Jesús posaba sus ojos se podía sentir que esa mirada trascendía lo humano, sabías que leía dentro de ti, que no se le escapaban ni los más recónditos pensamientos.

Julia Navarro

Lo siento por las pulgas de la cabaña ¡Van a adelgazar muy pronto!

Kobayashi Issa

Si el Tao reinara en el mundo, el pueblo, sin gobierno, por sí mismo se ordenaría con equidad.

Lao-Tse

El poder del Estado emplea la fuerza, el individuo no debe hacerlo. En manos del Estado la fuerza se llama derecho, en manos del individuo recibirá el nombre de crimen.

Max Stirner

La vida no es el bien ni el mal, sino simplemente el escenario del bien y del mal.

Séneca

Es preciso que vivas para otro si quieres vivir para ti.

Séneca

Con los zorros hay que ser un poco zorro.

Thomas Fuller

Si amas, perdona; si no amas, olvida.

Vicki Baum

Romeo: El amor es un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de los amantes; ¿qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva.

William Shakespeare