Frase de Ernest Hemingway

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Sólo existen tres deportes: el toreo, las carreras de coches y el montañismo. El resto son simples juegos.... - Ernest Hemingway

Sólo existen tres deportes: el toreo, las carreras de coches y el montañismo. El resto son simples juegos.

Ernest Hemingway

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Explorar Frases

Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.

Antoine de Saint-Exupéry

La forma más rápida de cambiar al mundo es gustarle a uno tal como está.

Archie Randolph Ammons

Solo puedo escuchar tu voz, a través del ruido.

Demi Lovato

En estos tiempos a nadie le da lustre háber nacido segundón de casa, grande:..

Eduardo Marquina

Siempre tengo optimismo, pero soy realista. No es con la expectativa de un gran éxito que comencé con Tesla o SpaceX. Solamente pensé que eran lo suficiente importantes para hacerlo de todas formas.

Elon Musk

Las privaciones y sufrimientos crecen con el incremento de la cultura del individuo.

Friedrich Nietzsche

Mientras que leemos historia hacemos historia.

George William Curtis

El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos.

Henry Ford

No tener moderación muchas veces es causa de que el bien se convierta en mal y la virtud en vicio.

Ignacio de Loyola

No estoy de acuerdo, Trinity. En mi opinión Matrix puede ser más real que este mundo. Aquí lo único que hago es desconectar el enchufe. Pero allí, tienes que ver cómo Apoc muere.

Joe Pantoliano

De algunos errores aprendemos, otros me gusta volver a cometerlos.

Kris Buendia

Es verdad que la pluma es más fuerte que la espada, la educación asusta a aquellos que usan el terror.

Malala Yousafzai

Nosotros no podemos triunfar en nada. El triunfo siempre es solo el de Él.

María Vallejo-Nágera

El pintor no debe pintar lo que ve, sino lo que será visto.

Paul Klee

En todo momento el ser humano apunta, por encima de sí mismo, hacia algo que no es él mismo, hacia algo o hacia un sentido que hay que cumplir, o hacia otro ser humano, a cuyo encuentro vamos con amor.

Viktor Frankl