Frase de Eugenio Montale

← Anterior Siguiente →
Frecuentemente hallé el dolor: vivir era el riachuelo estertoroso, agónico; la llama retorciéndose en la pira; el cabello en la ruta... - Eugenio Montale

Frecuentemente hallé el dolor: vivir era el riachuelo estertoroso, agónico; la llama retorciéndose en la pira; el cabello en la ruta, inútil, roto.

Eugenio Montale

Todas las frases de Eugenio Montale →

Explorar Frases

La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia.

Albert Einstein

Te amo con todo el corazón, porque eres la personita especial que ha llenado mis días, amor mío, nunca me dejes, que te necesito cada día de mi vida.

Anónimo

Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso.

Bill Shankly

Somos avatares de la estupidez pasada.

Fernando Pessoa

La aspiración democrática no es una simple fase reciente de la historia humana. Es la historia humana.

Franklin D. Roosevelt

Doña Primavera viste que es primor, viste en limonero y en naranjo en flor.

Gabriela Mistral

Yo nací anoche, cuando le conocí a usted. No tengo pasado, sólo futuro.

Glenn Ford

A juicio de los gatos, las personas no somos más que muebles de sangre caliente.

Jacquelyn Mitchard

Créeme, hijo: cuanto menos carga de antojos se saque de esta vida, más andadero se encuentra el camino de la otra.

José María de Pereda

Desnudo, sobre un caballo desnudo bajo la lluvia torrencial.

Kobayashi Issa

El ciclismo es un deporte de equipo y, cuando uno no tiene equipo, tiene que buscarlo en el pelotón.

Lance Armstrong

El hombre que propone una idea nueva es un chiflado, hasta que se comprueba que la idea era excelente.

Mark Twain

Hombre apercibido, medio combatido.

Miguel de Cervantes

Cuando muerto esté en la tumba toca en ella la guitarra, y verás a mi esqueleto alzarse para escucharla.

Salvador Rueda

Y ven el cielo y les vuelve a dar sueño y vuelven a bajar dormidos, y vuelven a tocar el fondo del mar y se despiertan y vuelen a subir. Así son nuestros sueños, como delfines.

Silvina Ocampo